Edición

Borrar
Ángel de Andrés López (i), junto a Carlos Iglesias en una escena de 'Manos a la obra'.
Muere Ángel de Andrés López, el popular Manolo de 'Manos a la obra'

Muere Ángel de Andrés López, el popular Manolo de 'Manos a la obra'

El intérprete, de 64 años, participó en películas como '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' o 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', pero alcanzó su mayor popularidad con su trabajo en la serie de televisión

oskar belategui

Miércoles, 4 de mayo 2016, 17:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se subió por primera vez a un escenario con cuatro años de la mano de su tío, con quien compartía nombre y profesión. Ángel de Andrés López se escabulló de sus padres y salió junto al veterano cómico de los festivales benéficos del franquismo, que animó a su sobrino a contar un chiste al respetable. Aquella improvisada actuación fue el comienzo de una carrera en cine, teatro y televisión, que ayer concluyó inesperadamente. La Unión de Actores y la Academia de Cine informaban de que Ángel de Andrés había muerto en Miraflores, Madrid, a los 64 años.

De Andrés era uno de esos actores de reparto cuyo rostro es inmediatamente reconocible aunque el nombre cueste más de adivinar. Para el gran público era, por supuesto, Manolo Jumilla en la serie Manos a la obra (y su secuela Manolo & Benito Corporeision) junto a Carlos Iglesias en una de las comedias televisivas más populares de la década pasada. El rey de las ñapas ejemplificaba lo peor del currante español desde el prisma del humor costumbrista: la vagancia, el cabreo y la chapuza. Otras series que se beneficiaron de su físico rotundo y predisposición al cabreo fueron Villarriba y Villabajo, Contigo pan y cebolla, Pelotas donde era un presidente de club de fútbol también muy cañí y su último trabajo delante de la cámara, Carlos, rey emperador, donde dio vida al papa Clemente VII. Sin embargo, su personaje favorito en la pequeña pantalla era el padre desbordado de Cajón desastre, que le permitió actuar con críos durante tres años. «Los niños son los mejores espectadores y los críticos más serios», defendía este padre de dos hijos.

Muerto de un jamonazo

Licenciado en Derecho, cambió la toga por el teatro independiente en el efervescente Madrid de los primeros 80 y formó parte junto a Santiago Ramos del grupo Tábano durante diez años. Su primer papel de entidad en el cine llegó de la mano de Pedro Almodóvar: era el marido maltratador de Carmen Maura, quien le dejaba sin vida de un jamonazo en la cabeza. Su filmografía da fe de su versatilidad: Baton Rouge, Las cosas del querer, Huevos de oro, Taxi, La celestina, El perro del hortelano... Álex de la Iglesia le convirtió en un especialista de westerns en la crepuscular 800 balas, mientras José Corbacho y Juan Cruz pusieron su inmenso corpachón detrás de una barra en Tapas. Platillos volantes, de Oscar Aibar, permanece como su composición más memorable. Bordaba a un chalado de la ufología en la gris España de los estertores del franquismo.

«Soy un actor que jamás ha hecho de sí mismo, que es el estilo americano y que se da mucho en este país», presumía Ángel de Andrés, que también se ufanaba de inaugurar «todos los teatros del país»: «El Clásico lo inauguramos Marsillach y yo. Los teatros nacionales e independientes los he hecho todos».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios