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Edición
Inés Gallastegui
Martes, 10 de noviembre 2015, 13:58
La catedrática de Literatura Española de la UGR Amelina Correa presenta esta tarde en la Biblioteca de Andalucía su edición de 'Voluptuosidad', las memorias eróticas publicadas en 1906 por el escritor granadino Isaac Muñoz (1881-1925). Correa ha dedicado varios años de investigación a recuperar la figura de este literato olvidado, cuya biografía publicó en 1996. El libro narra las correrías amorosas del escritor en el Madrid de primeros de siglo, aunque un rocambolesco episodio de seducción tiene lugar en el Albaicín.
Isaac Muñoz es un escritor granadino que en su época llegó a tener cierta fama pero hoy es prácticamente desconocido. ¿Por qué?
Yo creo que su desaparición de la historia literaria oficial habría que considerarla probablemente en términos ideológicos, por su concepción transgresora, tanto de la literatura como del arte, y también, en buena medida, de la vida tal como él la entendía, vinculada directamente con la consigna finisecular de 'escandalizar al burgués'. Eso, y que el refinado erotismo que caracterizó sus relatos estaba en franca oposición con la moral imperante en la época, y no sé si incluso con la de hoy en día. Pero Isaac Muñoz, aparte de escritor de creación, fue un reputado especialista en la situación colonial de los países del Norte de África, y llegó a publicar cientos de artículos en la prensa.
¿Influyeron en ese olvido las circunstancias de su muerte, a causa de la sífilis?
En sus últimos años de vida la sífilis, una enfermedad incurable en la época y muy extendida entre escritores y artistas, provocó su retirada de la vida literaria, lo que motivó que, incluso entre sus contemporáneos, su nombre se fuera olvidando hasta su fallecimiento a temprana edad.
¿Cómo describiría su obra?
Su modo de entender la literatura se hallaba muy cercano a los postulados modernistas, lo que provocó también que sus obras de creación, en el momento de su publicación, chocaran con las convenciones literarias establecidas y con el mercado editorial, porque sus relatos son muy esteticistas, muy 'poéticos', y muestran en general un escaso desarrollo de la acción y un predominio de descripciones.
Título
Voluptuosidad. Edición de Amelina Correa.
Autor
Isaac Muñoz
.
Editorial
Biblioteca de Rescate. Renacimiento.
Páginas
280.
Precio
18 euros.
¿Cómo se relacionaba con los escritores e intelectuales de la época?
Desde que llegó a Madrid se integró de inmediato en el círculo de renovación literaria del modernismo y comenzó a moverse en el círculo de Francisco Villaespesa, con quien ya había trabado relación en sus años granadinos, un grupo este frecuentado por autores como Manuel Machado y en ocasiones también por su hermano Antonio, Rafael Cansinos Assens y otros escritores hoy menos conocidos. Incluso tuvo relación con Juan Ramón Jiménez, a quien reseñó su poemario 'Rimas' (1902), y a quien visitó con todos los del grupo durante la temporada que el onubense estuvo internado en el Sanatorio del Rosario. Y luego está su admiración por los 'autores mayores', y entre ellos, sin duda, Valle-Inclán en España y Gabriel D'Annunzio en Italia.
Juventud granadina
Aunque nació en Granada, su actividad como escritor la desarrolló sobre todo en Madrid...
Isaac nació en Granada porque su padre, militar, estaba destinado aquí en ese momento. No obstante, pasó los suficientes años entre sus calles, como para imbuirse de este halo que aún sigue teniendo de ciudad antigua, decadente y con un importante pasado musulmán. El entonces joven aspirante a escritor se relacionó lógicamente con los escritores granadinos de la época y colaboró en dos de sus revistas ilustradas más famosas, 'La Alhambra' e 'Idearium', resultando ganador en 1900 de los Juegos Florales convocados con motivo de la Feria del Corpus.
La última parte transcurre en Tánger. ¿Cómo influyeron en Muñoz sus estancias en África?
En alguien como él, que rechazaba la sociedad burguesa, materialista y pragmática, guiada por criterios en los que no se reconocía, enseguida se generó una atracción mítica por los valores estéticos del orientalismo tan en boga desde el arte y la literatura románticos. A nivel biográfico, supondrá un gran paso adelante en esa idealización inicial del Oriente el traslado de su padre, militar de alta graduación, a Ceuta en 1906. Desde allí iniciará un contacto directo con países como Marruecos, Túnez o Argelia, por los que viajará durante años, y en cuya realidad sociopolítica se convertiría en un especialista de prestigio. En cuanto a su literatura de creación, tras el capítulo ambientado en Tánger que encontramos en 'Voluptuosidad', buena parte de su producción narrativa tendrá como marco exclusivo los países árabes, en relatos como 'La fiesta de la sangre', 'Bajo el sol del desierto', 'Ambigua y cruel' o 'La Serpiente de Egipto', entre otros.
En 1996 publicó una biografía de Muñoz y ha rescatado varios de sus libros. ¿Qué le interesó de él, como persona y como literato?
Hace ya casi 25 años de aquello y aún no he parado de investigar sobre él, como sigo haciendo con otro de los autores a los que he dedicado más horas de mi vida, Alejandro Sawa. Fruto de ello es la más completa bibliografía publicada hasta la fecha de y sobre el autor, y que en la parte final de este volumen ocupa nada menos que 74 páginas. ¿Por qué Muñoz? Pues la verdad es que su caso es uno de los mejores que conozco de esa cita de Oscar Wilde que dice: 'Un gran poeta, un poeta realmente grande, es la más prosaica de todas las criaturas. Pero los poetas menores son absolutamente fascinantes'.
Catálogo de perversiones
¿Es 'Voluptuosidad' una novela erótica?
Sin duda. Lo son, en realidad, todas las narraciones de Isaac Muñoz. Pero hay que matizar que, aunque se trata de un erotismo muy, muy atrevido, es también muy estetizante. Se podría decir que a él no le interesaban el amor ni el sexo en lo que la mayoría de las personas considerarían condiciones normales. A él le motivaba una sexualidad distinta, la que se puede hallar en las parafilias. Y en eso se asemeja, en cierto modo, a una parte de sus coetáneos.
El libro termina con un 'Catálogo de perversiones' que ilustran la novela. ¿Por qué?
Hasta la segunda mitad del siglo XIX, el comportamiento sexual del ciudadano occidental se consideraba materia de confesionario, es decir, se regía por la etiqueta de 'esto es o no es pecado'. Pero a partir de esa época médicos y psicopatólogos se van a interesar por el tema de manera pretendidamente científica y van a intentar categorizar la sexualidad humana, que será considerada a partir de ese momento como materia médica. Es en estas fechas cuando se les da nombre a determinadas variantes, como el fetichismo, el sadismo, el masoquismo... Pero en el fondo subyacerá siempre, en todos ellos, una clasificación binaria entre sano-insano o normal-pervertido. Isaac Muñoz, en 'Voluptuosidad', y en el resto de su producción literaria, lo que hace es mostrar abiertamente todas estas diversas variantes sexuales, descargándolas de las connotaciones moralmente negativas que aún se les otorgaban en esos pretendidamente científicos tratados.
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