'La niña de tus ojos', con 18 años más encima

Para rodar La niña de tus ojos, Fernando Trueba tuvo que viajar hasta Praga para encontrar los estudios alemanes donde ubicar su historia, ambientada en la Berlín nazi de 1938. Dieciocho años después, el cineasta ha desplazado el rodaje de La reina de España hasta Budapest, donde ha dado con unos estudios que conservan el aire madrileño de la posguerra que necesitaba para su nuevo trabajo. Aclara Trueba que La reina de España, película con la que recupera la historia y el reparto original de La niña de tus ojos, no es la segunda parte de aquella deliciosa comedia con tintes trágicos con la que consiguió siete de los 18 premios Goya a los que fue nominada. Es otra película que cuenta la historia de los mismos personajes pero 18 años después, insiste el cineasta por teléfono mientras se escucha de fondo al equipo técnico, instalado ya en el estudio húngaro donde rodarán hasta finales de marzo y por donde irán desfilando desde este fin de semana el reparto de la película.

Como en La niña de tus ojos, el elenco de La reina de España está encabezado por Penélope Cruz y Antonio Resines, encarnando de nuevo a la estrella emergente Macarena Granada y el director Blas Fontiveros. Dos personajes antagónicos a los que Trueba ha hecho evolucionar de forma diametralmente opuesta tras finalizar el rodaje en la Alemania nazi que planteaba La niña de tus ojos. Fontiveros, que al final de la película no se sabía muy bien qué iba a ocurrirle y uno se temía lo peor, regresa a España después de años de haberlo pasado muy mal; mientras que Macarena ha hecho una carrera fuera de España y se ha convertido en una estrella. Musa y cineasta se reencontrarán en Madrid junto al resto del equipo, completado por Jorge Sanz, Santiago Segura, Loles León, Rosa María Sardá, Loles León, Neus Asensi y Jesús Bonilla, a los que se suman Javier Cámara, Chino Darín, Ana Belén y los actores internacionales Mandy Patinkin (Homeland), Clive Revill y Cary Elwes.

No me los quitaba de encima, es algo que no me había ocurrido nunca pero todo el rato se me ocurrían cosas que les pasaban a estos personajes, como si aquello no se hubiera acabado. Nunca me planteé una segunda parte pero los personajes vivían conmigo, dentro de mí y seguían diciéndome cosas. Llegó un punto en el que tenía tantas situaciones, ideas, gags y diálogos que pensé en empezar a escribir para que no se olvidaran, explica el director.

Granada y Fontiveros regresan al Madrid de los años 50. El de la posguerra y la dictadura, pero también el Madrid de los americanos, que entre 1955 y 1965 eligieron España para rodar superproducciones cinematográficas como Alejandro Magno. Salen cosas de esa época porque tienes que contar lo bueno, lo malo y lo regular, pero no quería hacer una película reivindicativa sino un homenaje al cine, a la gente del cine y a la gente de esa época, que trabajaron, que eran buenos y que en otro lugar quizá hubieran llegado más lejos, pero trabajaron aquí con la modestia y humildad que eso significaba.