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Natalia de Molina se ha consagrado como actriz con su papel de madre coraje ante un desahucio en la película 'Techo y comida'.

«Cuando vivía en Granada era maravilloso descubrir cada mañana un dibujo nuevo del 'Niño de las Pinturas' en el Realejo... era magia»

La mejor intérprete del cine español este año repasa los últimos días tras el premio y nos habla de 'su' Granada

Daniel Olivares

Lunes, 22 de febrero 2016, 02:03

Criada en Granada desde los dos años, a Natalia de Molina (Linares, 1990) le gusta decir que es «de Graná», a pesar de su natalidad ... jienense. Lo dice en esta entrevista: «Mis raíces están en Granada». Siendo así, se trata de la actriz de la ciudad de la Alhambra más importante de todos los tiempos. Al menos, eso es lo que corroboran los dos premios Goya que figuran en su estantería personal: el de mejor actriz revelación 2014 y el de mejor interpretación femenina este año. Sencilla, con un deje 'granaíno' en su acento que no trata de disimular y cierta timidez cuando se le habla de otros aspectos que no sea de cine, lleva la ciudad donde creció en el corazón y echa de menos algo que para ella era mágico: levantarse y ver un nuevo grafiti del Niño de las Pinturas en las paredes de su barrio, el Realejo.

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