Y las salas de cine volvieron a llenarse por arte de magia

La fiesta no solo fue en el centro comercial de la calle Arabial. El Cinema 2000 de Serrallo Plaza, Kinépolis Granada (donde aseguran que ayer fueron el tercer cine de España con más espectadores) y los Cines de Alshur también vivieron uno de sus días grandes del año y multiplicaron la afluencia de sus salas respecto a un martes cualquiera. La magia del cine seduce mucho más cuando hay que pagar 2,90 euros y la industria ya se ha percatado de ello.

A falta de pocas semanas para que se estrenen las tres películas que amenazan con romper las taquillas españolas en esta recta final de 2015 (Ocho apellidos catalanes, Sinsajo Parte 2 y El Despertar de la Fuerza, por este orden) la fiesta del cine llega en un momento en el que las aguas parecen estar en calma y tanto las productoras como las distribuidoras como los exhibidores necesitan un estímulo para que la muchedumbre no se olvide de lo placentero que resulta aislarse del mundo ante una pantalla grande.

En anteriores ediciones de la Fiesta del cine películas españolas con buenos resultados en taquilla le sacaron partido a la acertada festividad y el margen de ganancias fue más suculento de lo que cabría esperar si esta idea no se hubiese existido. Así sucedió con Torrente 5 y especialmente con La isla mínima, una cinta que colgó el cartel de No hay billetes a lo largo y ancho de la península beneficiada especialmente por el aplauso de la crítica y por el boca a boca. En esta ocasión Regresión de Alejandro Amenábar también está empezando a dar síntomas de agotamiento después de haber ingresado más de 8 millones de euros pero el filme del director de Los Otros aún tiene margen como para mejorar sus beneficios de la misma manera que Atrapa la bandera, que lleva nueve semanas en los cines y más de 10 millones de euros recaudados pero que aún resiste en algunas salas y cabe la posibilidad de que supere la barrera de los once. Las comedias Los miércoles no existen y Mi gran noche también aspiran a seducir al público en unas fechas propicias para ello.

En Neptuno costaba especialmente conseguir un buen asiento para ver La cumbre escarlata y Marte (The Martian). La última película de Guillermo del Toro y la última obra de Ridley Scott gozan de gran popularidad entre un público que llenó las céntricas salas de cine en una noche en la que se jugaba ni más ni menos que un partido de Champions entre Real Madrid y Paris Saint-Germain. Sin embargo, el fútbol como ya ha sucedido en otras ocasiones- no fue rival. Las salas en las que se proyectaron películas como Hotel Transylvania 2 o Regresión también tenían un gran aspecto, con pocas butacas libres, y es que cuando la primera opción de la lista falla siempre es aconsejable tener un plan B.

En lo referente a las colas hubo un goteo incesante de personas pasando por la taquilla desde primera hora de la tarde pero no hubo grandes tumultos como en anteriores ocasiones. La voz de la experiencia ha dado lugar a que los granadinos se organicen con más antelación y a que usen los canales de venta on line para evitar perder tiempo en largas filas que pueden llegar a parecer interminables. La fiesta siempre debe estar dentro. En las salas y en los rincones habilitados para la venta de palomitas y refrescos. Todos parecen salir ganando con esta iniciativa a la que aún se le puede sacar rendimiento hasta el jueves.