«Debemos volver al horario del sol»

Parece, incluso, que sentimos más orgullo cuantas más horas hacemos.

Se puede llegar a creer que así nos entregamos más a las empresas. Y existe también una idea generalizada de que hay que estar en nuestro puesto mientras lo estén nuestros superiores.

Según usted, ¿en qué nos estamos equivocando?

En no racionalizar adecuadamente los horarios. En España, según los datos que tenemos, trabajamos más horas, pero somos líderes en baja productividad. Estamos acostumbrados a jornadas laborales que en nada favorecen la conciliación, personal y familiar.

¿Esa preocupación fue la que le llevó a crear un equipo de trabajo que promoviera a las instituciones, organizaciones empresariales y a la sociedad civil a ser conscientes de que es necesaria una reforma de nuestro modelo productivo?

Lo adecuado sería adaptar nuestro reloj al horario de Greenwich. Es lo que se denomina la hora del sol y nos permitiría unas jornadas más racionales. Además, hay que favorecer la flexibilidad y compaginarla con los horarios escolares, al menos en aquellos sectores en los que sea posible.

¿Qué tendríamos que ir eliminando?

Algunas malas rutinas como las reuniones innecesarias. Hay que tener clara la hora más razonable, empezar con puntualidad y en la convocatoria fijar hora de finalización, si es posible el minutado para cada uno dé los puntos del orden del día y llevarlas muy bien preparadas para no perder el tiempo. Tampoco benefician los eternos almuerzos de trabajo y la excesiva rigidez a la hora de fichar. Le pongo un ejemplo. Si realizáramos un desayuno completo -beneficioso siempre- podríamos eliminar los minutos del café matinal (a veces hasta cuarenta minutos). El almuerzo se puede reducir a una hora, como mucho, y así en la mayoría de los centros la jornada podría terminar a las cinco o a las seis de la tarde como máximo. Además, y eso afecta a toda la sociedad, seguimos aspirando a unos horarios más racionales en el 'prime time' de las televisiones permitiendo irnos a descansar más temprano de lo que ahora viene sucediendo. Somos el país cuyo 'prime time' termina más tarde. Los españoles somos los europeos que menos dormimos, lo que afecta a la salud, la conciliación, la productividad.

¿Qué beneficios, además de esa soñada conciliación, obtendríamos?

Tenemos datos que mejorando los horarios facilitamos la productividad. La satisfacción del personal es básica porque es el mejor capital que tiene una empresa y es importante la motivación. Y a eso hay que añadir la reducción de gastos, entre ellos el ahorro energético.

Tras tantos años de esfuerzo, ¿cree que estamos más cerca de conseguir el objetivo?

Así debe ser. Hay que favorecer el rendimiento sin olvidar que las personas no somos ni máquinas ni robots. Tenemos nuestras limitaciones. Aún queda trabajo, debemos cambiar la cultura del presentismo por la cultura de la eficiencia. Ese esfuerzo que hemos desarrollado de la Comisión Nacional -ARHOE- y que continúo en todos los foros en los que puedo, permite que cada vez se nos escuche más. Abrí un camino al que muchos, afortunadamente, se han incorporado y en el que, estoy seguro, ya no hay marcha atrás. El presidente del Gobierno y la ministra de Empleo han hecho declaraciones favorables. Los partidos políticos han firmado acuerdos en esta línea. Los ciudadanos debemos presionar. La mujer es la mayor perjudicada por estos horarios. Todos debemos trabajar para la optimización del tiempo.