Edición

Borrar
Miguel Falomir.
Falomir: «Nunca, nunca, nunca voy a pedir el 'Guernica' para el Prado»

Falomir: «Nunca, nunca, nunca voy a pedir el 'Guernica' para el Prado»

Tras tomar posesión de su cargo como nuevo director, el sucesor de Zugaza ha dicho que «una de las obras icónicas» del siglo XX «está perfectamente donde está»

AGENCIAS

Martes, 21 de marzo 2017, 13:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando a Miguel Falomir (Valencia, 1966) le propusieron ser director del Museo del Prado, se negó porque pensaba que con 50 años "aún quedaba mucho por hacer" para con la Historia del Arte; pero luego lo convencieron y desde este martes ha tomado posesión de dicho cargo en sustitución de Miguel Zugaza, "el mejor director en 200 años" a juicio de su propio sucesor.

Pese a alabar la tarea de Zugaza, Falomir ha recordado que no respaldaba todo lo que se le atribuía. Más allá de esta polémica puntual, el ahora tercer director de la pinacoteca madrileña ha sido tajante: "Nunca, nunca, nunca, mientras yo sea el director, vamos a pedir el traslado del 'Guernica' a sus salas. Es una de las obras icónicas del siglo XX y está perfectamente donde está", ha subrayado en una entrevista sobre la controversia generada con el Reina Sofía mientras el vasco había sido director del Prado.

Falomir se ha convertido en el tercer director de este museo de referencia mundial en lo que va de siglo, pues hasta 2002 lo fue Fernando Checa. En tal condición, ha recalcado que ambos son "museos nacionales" y que "habría que preguntarle" a Zugaza por qué creía que el 'Guernica' debía trasladarse, "si es que así lo piensa en realidad" su antecesor.

Hasta su nombramiento como director del Prado, Falomir era director adjunto de Conservación e Investigación de esta misma pinacoteca, habiendo reemplazado a Gabriele Finaldi; y, además, es doctor en Historia del Arte y profesor titular de la Universidad de Valencia. Desde 1997 hasta ser director adjunto, trabajó como jefe del propio departamento de Conservación mientras lideraba un relevante avance en los estudios sobre las colecciones de pintura italiana del Renacimiento.

Entre quienes le persuadieron para su nueva responsabilidad, Falomir ha destacado a la que es la adjunta de Administración, Marina Chinchilla, y a Méndez de Vigo, quien le hizo ver que las cosas "no tenían por qué ser" como él se las había planteado. A ello se sumaba, ha reconocido, que su candidatura era del agrado de "gran parte" de los trabajadores del Prado, 408 en plantilla.

Entró en el museo hace 20 años, para ser el jefe del departamento de Pintura Italiana y Francesa (hasta 1700), cuando cada año lo visitaban 700.000 personas y había quien iba a sus salas en busca de "una paz recoleta". "Eso ha cambiado para siempre. Ahora son más de tres millones de visitas. Son instituciones culturales pero también atracciones turísticas. El gran reto está en combinar ambas cosas, intentar que el acceso mayoritario no vaya en detrimento de la visita", ha dicho.

En esas dos décadas ha visto construir las oficinas en Ruiz de Alarcón, la obra de Moneo en los Jerónimos, incorporar el Casón del Buen Retiro y la entrega al Prado del Salón de Reinos. Los otros grandes "saltos" hacia delante han derivado de la aprobación de la Ley del Prado (2003), "que en el terreno jurídico lo transformó totalmente", y los 15 años de Zugaza, "que han quitado prejuicios, han lanzado al museo a la escena internacional y han demostrado que es competitivo".

Zugaza se ha despedido con el encargo al artista chino Cai Guo-Quiang de una exposición para otoño en el Salón de Reinos y eso se inserta, dice, en el convencimiento de que, "si el Prado tiene algo de valor, es por lo que tiene de inspirador", de su conexión con el mundo que le rodea. "No vamos a hacer exposiciones de artistas que no tengan relación con el museo. Cai Guo-Quiang ya había estado en el Prado y había mostrado mucho interés en hacer cosas aquí. Tenemos la legítima obligación de conectar con nuestro tiempo", ha aseverado.

Ante el futuro no siente ni vértigo ni miedo, solo responsabilidad, "en la medida en la que cuidas de un acervo cultural extraordinario" y de "estar a la altura de la gestión de Zugaza, el mejor director en 200 años". Los retos principales para "el mejor museo de pintura antigua del mundo" son las celebraciones, en 2019, del bicentenario, con un programa que se desvelará en los próximos meses, y la puesta en marcha del Salón de Reinos.

Un bicentenario de «mirarse el ombligo»

Para su bicentenario, el museo no pretendería una conmemoración "autocelebrativa" o de "mirarse el ombligo", sino abrirse aún más a la sociedad, que la población lo considerase como algo suyo. En cuanto al Salón de Reinos, que ocuparían 200 cuadros que deben exponerse, ha asegurado que tienen el "apoyo entusiasta" de Cultura para disponer de los fondos que harán posible su reforma, encargada a Norman Foster y Carlos Rubio.

Y en cuanto a las exposiciones por venir, ha recalcado que "la crisis ha sido muy buena, porque ha impedido que nos entregáramos al gigantismo, y la mirada se ha dirigido a la colección". "La exposición que hicimos de 'Metapintura' marca el camino que queremos seguir. Debemos meternos en la cabeza otras lecturas y salir de lo decimonónico", ha concluido.

Falomir ha tomado posesión del cargo directivo tras haberse consumado su nombramiento el pasado 17 de marzo, durante una reunión del Consejo de Ministros. Así, el acto ha tenido lugar a las 13:00 horas en el Claustro de los Jerónimos, y donde ha participado Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte, junto a José Pedro Pérez-Llorca, presidente del Real Patronato del Museo.

Ha sustituido así a un Zugaza que el pasado mes de noviembre había anunciado su deseo de abandonar esta dirección del Prado, a fin de volver a asumir la del bilbaíno Museo de Bellas Artes con motivo de la jubilación de su actual director, y tras 15 años al frente de la pinacoteca madrileña.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios