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El poeta José Ladrón de Guevara (en el centro con gorra), acompañado por un grupo de amigos. De izquierda a derecha, Enrique Morón, Juan Ortiz, Rafael Guillén, Andrés Cárdenas, Esteban de las Heras y Álvaro Salvador.
Una hora volando con El Búho

Una hora volando con El Búho

El Ateneo de Granada ofrece un cariñoso homenaje a José G. Ladrón de Guevara rodeado de amigos y compañeros de la cultura y el periodismo

Daniel Olivares

Viernes, 17 de febrero 2017, 16:50

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Escritor, poeta, periodista, columnista, político, erudito, pesimista, irónico, sarcástico. José García Ladrón de Guevara ha sido, y es, todo esto y más. Casi 88 años de vida dan para mucho, para muchas historias y muchas vivencias. Sus amigos de la cultura y del periodismo de Granada trataron de resumirlo en poco más de una hora, lo que duró el homenaje que el autor de 'La columna del Búho' en el diario IDEAL recibió anoche en la Biblioteca de Andalucía, acto que Ladrón de Guevara agradeció en su clásico estilo. «Todos estos homenajes se parecen unos a otros. A nadie le parece mal que lo homenajeen. Son de agradecer por el cariño que ponen los organizadores, aunque siempre digo que estas cosas hay que hacerlas con el homenajeado de 'corpore in sepulto'», destacó con una sonrisa.

El poeta Rafael Guillén, el también poeta y catedrático de Literatura Andrés Salvador, el ensayista y profesor Antonio Chicharro y el periodista Andrés Cárdenas fueron los encargados de relatar algunos de los pasajes de su vida personal y profesional, en un homenaje cuya idea partió del Ateneo de Granada. Rafael Guillén narró algunas anécdotas de los años de la posguerra y de los inicios del grupo poético 'Versos al aire libre', del que ambos fueron fundadores en 1953 junto a otros escritores y con el que trataron de hacer resurgir la poesía en la oscura Granada de posguerra, una Granada huérfana de su poeta Federico García Lorca.

Sobre este grupo recordó la anécdota de un policía al que la censura del régimen franquista le mandaba a vigilar, cada noche de pie en una esquina, qué se hablaba en aquellas reuniones literarias. El tiempo hizo que el agente entablase cierta relación con el grupo y que fuese invitado a participar, sentado a la mesa de la casa de los Ladrón de Guevara. El hombre al principio solo escuchaba y no intervenía en las disquisiciones poéticas. Tres o cuatro años más tarde, el grupo se enteró de que el ganador de un concurso de poesía organizado por el Liceo se llamaba Guerrero Milla. No era otra persona que el policía, que se había aficionado a la poesía tras tantas citas con el grupo y terminó escribiendo sus propios versos.

El humor estuvo muy presente en el acto de homenaje, tanto como la personalidad en ocasiones fatalista y muchas veces pesimista de Ladrón de Guevara. «Mentiras no se han contado, sí alguna exageración o alguna tergiversación de los hechos, pero en general se ha dicho la verdad», apuntó con su gracejo habitual el escritor a IDEAL al término de una cita que contó incluso con la presencia del alcalde de la ciudad, Paco Cuenca, confeso admirador de los escritos de El Búho.

Libros 'bajo cuerda'

Entre esas certezas que se rememoraron en la Biblioteca de Andalucía está aquella de los libros prohibidos por la censura que se compraban 'bajo cuerda' en la trastienda de una librería y de la que, años después, ya alcanzada de nuevo la democracia, Ladrón de Guevara y compañía descubrieron que los libros los vendían a la propia librería agentes de policía encargados de su retirada del mercado. «Eran libros de Neruda, de Sartre o los primeros de Lorca, que los comprábamos clandestinamente y que resultó después que los ponía a la venta la policía», recordó el coautor de la colección 'Veleta al Sur'.

Los años de colaboraciones en la sección de Cultura del diario Patria y los posteriores en IDEAL, ya iniciada la Transición, también salieron a la palestra. Entre sus trabajos periodísticos se resaltó la última página de IDEAL que Ladrón de Guevara publicó durante la década de los setenta bajo el título de 'Arte, literatura y todo lo demás'. Ya en 1981 comienza su etapa como articulista de opinión con 'La columna del Búho', que este periódico recogió semanalmente durante más de treinta años. Se subrayó aquí ese humor entre sarcástico y pesimista que siempre ha caracterizado al autor y que, a juicio del periodista Andrés Cárdenas, ha ejercido influencia en el columnismo de la prensa granadina. Precisamente, no faltó a la cita homenaje a Ladrón de Guevara el periodista bajo cuya dirección inició su relación con este periódico, el exdirector de IDEAL Melchor Sáiz-Pardo. También acudió quien fue subdirector del periódico, Esteban de las Heras, columnista aún en las páginas del rotativo. «Ese humor que algunos de nosotros sacamos a relucir en las columnas viene un poco de ese estilo humorístico de Pepe», confesó Andrés Cárdenas. El Búho, se puede decir, ha creado escuela en Granada.

Fue un homenaje sincero y al mismo tiempo divertido. Ataviado con su típica gorra de estilo marinero, pañuelo al cuello, americana azul y sonrisa pícara al frente, Ladrón de Guevara escuchó, habló, agradeció y se retrató con quien se lo pidió, amigos, compañero y admiradores todos de un hombre que de la malafollá granadina sabe unas cuantas páginas, las que recoge su 'Informe deforme de la malafollá granaína a través de los tiempos' (1990). Un escritor y poeta que se puede considerar, junto a Rafael Guillén, Elena Martín Vivaldi y aquellos otros de 'Versos al aire libre', pionero de la Cultura granadina de los años posteriores a la Guerra Civil española.

Medalla de Oro al Mérito por la ciudad de Granada, concedida por el Ayuntamiento de Granada en 2006, Pepe Ladrón de Guevara recibió ayer, en vida, la medalla de oro de la amistad de un grupo de amigos que admiran esa capacidad suya de observar la realidad a través de la soledad de la noche. «Yo a estos actos les llamo funerales 'in corpore presente'». Firmado, El Búho.

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