Los andamios vuelven al Patio de los Leones

Las obras se centrarán, tal y como señaló ayer el director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Reynaldo Fernández del Manzano, en las cubiertas del patio. Estos elementos, que llevaban más de un siglo sin ser intervenidos, se encontraban en muy mal estado, lo que obligó a la dirección del monumento a iniciar las obras con carácter de urgencia en verano. «Había piezas sueltas y otras muy deterioradas por el paso del tiempo, por lo que era necesario revisarlas a fondo», explicó.

La intención de la dirección de la Alhambra es que la intervención se extienda próximamente al resto de caras, un proceso que podría superar los dos años pero que no provocará el cierre ni parcial ni completo del monumento. Además las obras servirán para revisar el estado de las yeserías y las maderas cercanas a la zona de actuación, piezas de enorme delicadeza, para ampliar la información que de ellas se dispone.

La dirección de las obras recaerá en Victoria Mir de Miguel, una arquitecta que conoce bien la Alhambra. Anteriormente intervino en las cubiertas del Patio de Arrayanes y en los últimos años había iniciado una serie de investigaciones sobre los elementos que ahora serán restaurados. «Había hecho estudios previos de las cubiertas y ya ha trabajado antes en la Alhambra, por lo que conoce bien el monumento señaló el director del Patronato. Estamos en buenas manos».

Los andamios cubren ya parte del Patio de los Leones, reconocida mundialmente como la joya de la corona de la Alhambra. El recinto fue construido bajo el reinado de Muhammad V en la segunda mitad del siglo XIV y está considerado como la máxima expresión de la habilidad artística e ingenieril de los alarifes nazaríes. El patio sigue un esquema de crucero, con la famosa Fuente de los Leones ocupando el espacio central, y dispone de una serie de habitaciones alrededor que conformaban el eje de la vida privada del monarca.

Su valía fue reconocida de forma temprana, lo que permitió que permaneciera relativamente inalterada los parterres, los castelletes y algunos otros elementos sí sufrieron modificaciones durante siglos. La conservación del espíritu nazarí y la pátina legendaria que le dieron los viajeros románticos en el XIX ha convertido al Patio de los Leones en el principal valor del monumento, que atrajo en 2015 a 2.474.231 de visitantes.

«Podíamos haber hecho un apaño, pero hemos optado por lo difícil y restaurarlas de verdad aunque signifique dos o tres años de andamios que no gustan a los turistas», señaló Fernández del Manzano a los medios. «Lo importante es que en el monumento se desarrollen intervenciones con las luces largas y con rigor para hacer un trabajo de excelencia».

El director del Patronato de la Alhambra concluyó celebrando que , «cuando terminemos, tendremos recuperadas las cubiertas para los próximos 150 o 200 años».