La búsqueda de la fosa de Lorca avanza en la documentación de dos posibles pozos

Los trabajos en torno al primero de estos puntos se concentraron en la realización de lecturas del perfil. Esta labor, desarrollada en el mismo lugar en el que aparecieron el miércoles los restos de un proyectil, a 3,5 metros de cota, es clave para que el equipo pueda concluir con certeza si se trata de un pozo o no.

Respecto a la segunda zona de interés, situada junto a la anterior pero a una cota de 5 metros, los arqueólogos avanzaron en el dibujo del suelo para delimitar el área. Este trabajo precede al sondeo con el que los técnicos esperan confirmar la localización del pozo.

El arqueólogo director, Javier Navarro Chueca, es cauto aún sobre los avances, pero ha asegurado que los últimos hallazgos «nos animan a pensar que ya estamos en el lugar en el que estarían los tres pozos». El aragonés se refiere, además de a la bala, a la aparición de elementos cerámicos en la zona que podría corresponder al segundo pozo. «Este material está por debajo del nivel de caliche, que digamos es el terreno natural, y su presencia indica que el terreno ha sido picado y vuelto a rellenar», ha señalado.

De confirmarse finalmente que se trata de dos de los tres pozos localizados en la zona durante la Guerra Civil, Navarro Chueca es prudente respecto a la posible presencia de restos humanos en ellos. «En teoría, en estos dos primeros no tienen por qué haberlos». La tesis del equipo, apoyada sobre los testimonios aportados por el investigador Miguel Caballero, es que sería el tercero el que acogería los restos de las víctimas.

Este tercer pozo estaría alineado con los dos primeros, según lo dibujó el pintor Maldonado, también a la izquierda del camino de acceso al campo de instrucción, en una zona que quedaría justo debajo del lugar en el que trabajaban ayer las máquinas.

Una nueva investigadora

Además de los nuevos avances, la jornada ha dejado en Alfacar la llegada a la excavación de la doctora María Marta Sampietro Vattuone. La profesora argentina, investigadora independiente del CONICET y directora del Laboratorio de Geoarqueología de la Universidad Nacional de Tucumán, forma parte del equipo desde hace dos años y concentrará su labor en el estudio de la estratigrafía y las condiciones del terreno junto al profesor José Luis Peña, de la Universidad de Zaragoza.