«No podía dejar de dibujar garabatos»
La última obra del artista granadino Badi capta la mirada de todo aquel que entra o sale de la ciudad, y no deja indiferente a nadie por su belleza
V. BEJARANO Y P. GÓMEZ
Domingo, 31 de julio 2016, 00:12
Badi está haciendo el indio. Perdón, una india, con espray y para terminar un grafiti que es un mural gigantesco ubicado al final de la ... Carretera de Jaén, en la capital de Granada, de forma que nadie que entra o sale de la ciudad permanece indiferente ante la belleza de tales trazos. Badi es Antonio López Caro, un artista granadino dedicado al grafiti. Su devoción comenzó hace siete años y, desde entonces, no ha dejado de seguir un ritmo frenético de encargos a lo largo de distintas provincias andaluzas.
Desde pequeño el artista ya apuntaba maneras, «No podía levantar mi cabeza del papel y dejar de dibujar garabatos mientras mi profesor daba la lección», comenta el artista. Badi proviene de una familia de artistas donde su hermana es ilustradora y tanto su abuelo como su madre son dibujantes.
Las obras de López Caro se encuentran principalmente en Granada, Málaga y Cádiz. Algunas de sus obras son grafitis a pie de calle que podrían ser catalogados como admirables obras de 'street art'. Otras muchas son encargos de algunos negocios que han visto la necesidad de revestir sus paredes con el arte del grafiti. Las obras de Badi se encuentran en peculiares lugares muy distintos entre sí. Por ejemplo, los hay en guarderías y también en prostíbulos. Y en muchos bares. «Suelo ponerme en contacto con los dueños, quienes me dan su visión de la idea. Trato de plasmarla en papel con la ayuda de photoshop y, si llegamos a un acuerdo, la obra cobra vida».
Cuando se le pregunta a Badi por su obra más influyente, tarda en responder, pero se decanta por su última obra en la Carretera de Jaén. «El lugar resulta idóneo para conseguir un gran número de espectadores porque circulan muchos coches y resulta también un sitio ideal para trabajar, por su gran amplitud». Badi no eligió el lugar al azar, la Carretera de Jaén es un punto neurálgico en la ciudad, una entrada y salida de vehículos a todas horas. La obra del autor no es la única. A su lado, a tan solo unos pocos pasos, podemos encontrar la obra de otro personaje muy conocido en Granada, El Niño de las Pinturas.
A primera vista, el grafiti presenta a una niña india dibujando con un pincel un pájaro que mantiene agarrado con sus pequeñas patas a un pez, todo ello en tonos naranjas y azules y quedando rematada con tres palabras: Ama, Camina e Inspira. Badi ha querido ahondar un poco más en su obra, que tardó en realizar seis días, y reconoce haberse basado en una persona de su entorno para pintarla, su sobrina Johana. «Pensé en ella porque me parece preciosa y porque encarna la inocencia que quería para mi obra».
¿Por qué una india, Bady?
Siempre me ha gustado la temática de los indios en el dibujo, creo que es un tema muy inspirador, un pueblo nómada que se veía en la adversidad muy a menudo. Además, los coloridos atuendos con plumas llaman mucho la atención.
En cuanto al significado, el artista ha querido dejar reflejada la capacidad de la imaginación para hacer las cosas realidad. La niña, icono de inocencia, da vida a sus creaciones a medida que las va trazando sobre el papel.
Badi tiene un estilo propio a la hora de trabajar sus obras. Comienza a crear con una base de pintura y después utiliza los sprays para la definición de las formas. Si necesita crear detalles solo precisa de la fotografía que le sirve de guía para delimitar los cortes. Reconoce realizar obras más comerciales porque gana dinero, pero también reivindica la necesidad de la expresión personal mediante la realización de obras que realmente le interesan y llenan. «Si no pintas lo que te gusta y que siguen tu estilo acabas muriendo como artista».
No todo es grafitis, también tuvo una etapa aerográfica y confiesa dedicar gran parte de su tiempo al mundo del tatuaje, que también le da de comer.
Badi espera poder seguir pintando y mejorando, ganando adeptos en el mundo del grafiti y luchando por ganarse un nombre en su industria sin perder la esencia que le define.
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