'Mamma Mía!', el musical de los récords

Desde el pasado martes lleva el equipo de técnicos del musical, compuesto por 38 personas, instalando todo lo necesario para dar forma a un show que cuenta con siete sets durante su desarrollo y que completa un total de 17 cambios de escenografía a lo largo de las casi tres horas que dura el musical construido a partir de las canciones del grupo sueco Abba.

'Mamma Mía!' se ha representado ya en 440 ciudades de todo el mundo desde que se estrenó el 6 de abril de 1999 en el teatro West End de Londres. En estos 17 años acumula una recaudación mundial que supera los dos billones de dólares en taquilla. Y su éxito, según explicó ayer la propia Nina, no se apaga. «Lo único que puede temer un artista es que salgas al escenario y la platea no esté llena, cosa que con 'Mamma Mía!' no sucede. Estamos haciendo una gira por ciudades que ya hemos visitado hace cinco o seis años y las plateas vuelven a estar llenas. Es insólito. Te da una seguridad... Vas por la vida de otra manera. Sales al escenario y sabes que la platea va a estar llana. Es inaudito, es una maravilla este musical, una pasada», detalló la cantante.

Una 'pasada' son también la escenografía y los números que se barajan alrededor del espectáculo. El vestuario está compuesto por 300 trajes. Cada uno de ellos está diseñado y confeccionado a medida especialmente en Londres y cuestan, aproximadamente, la friolera cifra de 6.000 euros. Los más llamativos son los tres que lucen las tres actrices que encarnan a las 'Dynamos', que están repletos de cristales de Swarovski para ofrecer un destello de colores en combinación con el juego de luces.

Cada actor se cambia unas cinco veces de traje a lo largo del espectáculo y se coloca unos cuatro pares de zapatos. En total, 256 pares distintos salen en escena. Los cambios de vestuario son tan rápidos en algunos momentos que los intérpretes solo disponen a veces de 40 segundos para salir de nuevo al escenario.

Riguroso directo

«El sonido y la iluminación son de concierto», apunta Juan Carlos Fernández. En el caso del Palacio de Congresos, al no disponer de foso, los seis músicos que tocan el repertorio en directo se sitúan en una habitación del 'backstage', justo detrás del escenario. La batería, que toca Fanny, está encerrada en una 'jaula' de cristal. «Está todo monitorizado. Si tú pasas por aquí en el momento del concierto, solo escuchas el sonido de las teclas y golpes sordos en la batería», aclara el regidor. La ausencia de foso es un inconveniente más añadido al trabajo de los técnicos, ya que el cableado para llevar el sonido al escenario es más complejo.

Los cuatro días en Granada -dobles sesiones mañana (18.00 y 22.00 horas), el sábado (17.30 y 21.30 h.) y el domingo (17.00 y 21.00 h.)- serán especiales para dos de los artistas del elenco, Mamen Márquez y Cisco Lara, ya que ambos son granadinos. «Esta compañía es impresionante, de gente joven muy capacitada y muy bien preparada. Lo veréis estos días. Este musical hay que hacerlo bien hecho y no hay que dejar nada al azar y creo que es una de las razones fundamentales de su éxito», apostilló Nina.