Vivir con la ayuda de un 'corazón' sin cables
El almuñequero Alfredo Sánchez es el primer andaluz al que se le ha implantado el marcapasos más pequeño del mundo
Daniel Olivares
Lunes, 25 de abril 2016, 01:56
Durante una revisión médica rutinaria en la empresa para que la trabajaba a Alfredo Sánchez (Almuñécar, 1965) le detectaron una anomalía en su corazón que ... precisó de un segundo examen. Su ritmo cardíaco sufría altibajos que llamaron la atención a la doctora encargada del examen. Ella misma le recomendó que acudiera a un cardiólogo y se controlase aquellas pequeñas arritmias. Ocho años más tarde su corazón trabaja de un modo normal gracias marcapasos.
Pero no se trata de un marcapasos tradicional con forma de riñón y del tamaño de una llave de automóvil, sino de un nuevo y revolucionario dispositivo que empezó a implantarse en España el pasado verano. El corazón de Alfredo ha sido el primero de Andalucía en alojarlo. Sus principales características son que es el más pequeño del mundo y carece de cables, singularidad que elimina por completo una posible rotura y que disminuye el riesgo de sufrir una infección -la endocarditis es la más común a causa de los cables en el caso del marcapasos tradicional- o hematomas. Este modelo recibió la aprobación de la Unión Europea en abril del año pasado y el caso del sexitano Alfredo Sánchez fue uno de los primeros en España.
Cumplía los requisitos
«Tras aquella revisión de hace ocho años fui a mi médico de cabecera, que me derivó a cardiología del Hospital Santa Ana. Tres años después fui derivado de nuevo, esta vez a la unidad de arritmias del Hospital Clínico de Granada. El doctor José Miguel Lozano me realizó varias pruebas médicas y me dijo que no era peligroso, que mi problema era asintomático y que sufría bradicardias -descenso del ritmo cardíaco-. Me hicieron un electrocardiograma de 24 horas y vieron que durante el sueño mis pulsaciones bajaban demasiado el ritmo, por debajo de 40. Llegué a tener 16, por lo visto. Aprendí a vivir con ello», relata el almuñequero.
El pasado mes de noviembre, un día antes de pasar una revisión, Lozano le llamó para preguntarle qué sabía de los marcapasos sin cables. «Yo no tenía ni idea. Me comentó que habían estado viendo mi caso, que iban a recibir uno en Granada, que era un paciente idóneo para recibirlo y que, si quería, me lo implantaban a mí», relata.
Le explicaron todo «muy bien», los pros y los contras y cómo sería el proceso de la intervención. Eso fue un jueves. «Al martes siguiente, el día 18 de noviembre, me lo pusieron», detalla Alfredo Sánchez, quien después de cuatro meses conviviendo con el dispositivo ya puede decir que ha superado el período de adaptación. Todo funciona perfectamente y su corazón 'carbura' de un modo normal.
Anestesia local
La intervención, de poco más treinta minutos y con anestesia local -Alfredo fue consciente de todo-, es mucho menos invasiva que la del marcapasos tradicional. Además, no deja cicratriz a la vista. «Me lo introdujeron mediante un catéter por la femoral hasta la vena cava y depositaron el marcapasos en un ventrículo, creo. Después solo necesité un vendaje de compresión para tapar el agujerito que me hicieron en la ingle y a las 24 horas fui dado de alta», explica el portador de esta minúscula tecnología, cuyo tamaño y forma se asemeja al de un fusible de la luz al que le sobresalen cuatro pequeños 'anzuelos'.
Una batería activa el dispositivo cuando el corazón de Alfredo baja de 40 pulsaciones. Mientras eso no ocurre, el marcapasos permanece casi inactivo. «Los primeros días solo noté que mi corazón estaba un poco más acelerado, como más 'nervioso', pero ya me advirtieron que sería así. Ahora ya estoy acostumbrado. De hecho, me siento más seguro y ha desaparecido el componente mental, que a veces hace que nos asustemos más y el corazón se muestre arrítmico», precisa Sánchez.
El Hospital Virgen de las Nieves es uno de los primeros hospitales españoles que ha empezado a implantar este tipo de marcapasos sin cables. En la intervención a Alfredo Sánchez, dirigida por el doctor Luis Tercedor, estuvo presente una especialista del Hospital de Toledo, según recuerda el propio paciente, quien está muy agradecido al doctor Luis Tercedor y a todo el equipo de la Unidad de Arritmias. «Me han tratado muy bien», señala a IDEAL mientras abandona el hospital Virgen de las Nieves tras la última revisión. «Algunas veces en la Sanidad no hacen las cosas del todo bien y nos quejamos, pero cuando lo hacen bien, como es mi caso, también hay que decirlo y que se sepa. Por eso les doy las gracias y les felicito», apostilla feliz.
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