153 profesionales para 800.000 turistas al año
Inés Gallastegui
Lunes, 9 de noviembre 2015, 01:33
La Asociación de Guías Intérpretes del Patrimonio (AGIP)de Granada agrupa a 153 profesionales que, según su presidente, David Aguilera, son el 95% de los ... que operan de forma habitual en la provincia. Como es natural, la Alhambra es su principal foco de atención. Hay que tener en cuenta que, de los 2,4 millones de turistas que cada año visitan el monumento, cerca de un tercio lo hace en grupos organizados acompañados de un guía; así lo establece la normativa del Patronato, que limita a 30 el máximo de personas por grupo. Las tarifas son variables, pero rondan los 165 euros por una visita de 2,5 a 3 horas de duración por grupo en días laborables y 200 en sábados, domingos y festivos.
A quien piense que con dos visitas al día los guías pueden hacerse de oro, Aguilera le recuerda que este es un trabajo muy estacional, en el que la demanda varía mucho según la época del año, mientras que los gastos se mantienen estables todo el año.
La adecuación de la legislación española a las directivas europeas de 2005 y 2006 supuso un cambio drástico en el acceso a la profesión, que varía de una comunidad a otra. Antes, la Junta de Andalucía convocaba periódicamente unos exámenes a los que solo podían acceder licenciados, con pruebas de conocimiento sobre turismo, patrimonio e idiomas dos, con un nivel de B2, que eran la única vía de habilitación para convertirse en guía oficial.
Armonización nacional
Pero la Junta no convoca esas pruebas de 2002 y la nueva legislación solo habilita de forma directa a los diplomados en Turismo. Otra vía de acceso alternativa en los últimos años ha sido la compra del carné en Canarias , sin examen, pero ya está cerrada. En todo caso, un guía habilitado en cualquier región puede ejercer en todo el país, recuerda Aguilera. «Por eso pedimos la armonización del sistema de habilitación en toda España», señala. A su juicio, el sistema más justo es el de las pruebas de conocimiento e idiomas. La habilitación de nuevos guías es necesaria por reemplazo generacional y para incorporar nuevos idiomas. «Hace poco entró la primera guía en chino», señala. En cuanto a los extranjeros, pueden ejercer de forma puntual si llegan acompañando a un grupo desde el origen, pero deben pedir autorización.
Una competencia que preocupa a la asociación es la de los free tours, en los que los guías trabajan a cambio de una propina voluntaria de los turistas. En realidad, asegura Aguilera, son las empresas organizadoras las que se quedan con el dinero en negro y pagan una miseria al guía.
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