El teatro da el salto
Las compañías granadinas más exitosas dedican el verano a mostrar sus obras por España, Europa y el mundo
Inés Gallastegui
Martes, 11 de agosto 2015, 13:12
¿Vacaciones? No, gracias. Algunas de las mejores compañías teatrales de Granada combaten el calor y la falta de trabajo en casa dando un gran ... salto y poniendo distancia con la rutina. Otras se lo toman con más calma y descansan para empezar el curso con fuerzas renovadas. Con estilos muy distintos, pero la misma ilusión por su trabajo, La Maquiné (especializada en artes escénicas para la infancia y la juventud), Vaivén (circo contemporáneo), Etcétera (espectáculos musicales con títeres) e Histrión (teatro de texto) nos explican cómo hacen su agosto.
La Maquiné, compañía fundada en 2008 por Joaquín Casanova y Elisa Ramos, se encuentra inmersa en la gira más importante de su historia, y eso que sus espectáculos, que se caracterizan por un original lenguaje plástico, gestual y musical, ya habían estado en algunos de los mejores escenarios de España y viajado por Francia, Holanda, Marruecos e Irlanda. Desde el 10 de julio hasta el 18 de agosto, están llevando por Asia su espectáculo El bosque de Grimm, una revisión contemporánea de los cuentos de hadas con música de Ravel que fue premiada con el MAX al mejor espectáculo infantil en 2014.
Tras pasar por Taiwán y Hong Kong, a partir de este fin de semana se presentan en varios teatros de la provincia china de Cantón. «La gira está siendo un éxito explican Joaquín y Elisa por correo electrónico. El espectáculo, que sin decir ni una sola palabra transmite por igual a cualquier parte del mundo, nos confirma una y otra vez que, por mucha diferencia cultural que haya, existe un lenguaje universal».
Estos dos creadores, sin embargo, prefieren no valorar si las giras son un efecto colateral de la escasez de ofertas de trabajo en casa. «Desde que comenzamos hemos trabajado mucho para trabajar mucho. Por suerte nuestro trabajo y esfuerzo a día de hoy esta siendo recompensado gracias a un producto de calidad y a una buena gestión», zanjan.
Miguel Moreno, Bolo, de Vaivén Circo, no tiene inconveniente en reflexionar sobre el asunto. Este verano, la compañía, fundada también en 2008 e integrada además por Raquel Pretel, Chema Martín y Emilio López, está paseando dos de sus espectáculos, Do not disturb y DES-hábitat, por toda la geografía europea: Inglaterra, Francia, Alemania, Croacia, Portugal... Para Moreno, el problema es que en Andalucía «el circo contemporáneo todavía no se entiende. Aún seguimos oyendo eso de ¿Y dónde están a los animales?». A pesar de ello, Do not disturb ha obtenido el Premio del Teatro Andaluz al mejor espectáculo de circo y calle.
«En cinco días en Londres hemos hecho más funciones que en todo el año en nuestra comunidad», lamenta Bolo. «En Andalucía hacemos unas 8 funciones al año; no llega ni al 10% del total. En Cataluña, 25 o 30 y en el País Vasco, 15 o 20», compara. En total, entre 90 y 100 bolos al año, al 50%en salas y calle. El problema, asegura, no es que aquí no haya dinero, sino que el que hay se dedica a otro tipo de cultura, más enfocada a los grandes eventos y al turismo.
El grupo ha tenido la suerte y el talento de entrar en un «circuito de calidad» internacional en el que logra colocar sus espectáculos de circo contemporáneo sin texto una ventaja de cara a la exportación y con un tipo de humor que gusta tanto en Alemania como en el barrio del Realejo. «Salir fuera compensa económicamente porque pagan mejor, sin negociar y con los gastos de alojamiento, transporte y manutención incluidos señala Moreno. Pero también es verdad que irte de casa un mes cada vez que sales es un poco locura». Con dos espectáculos de tournée y compromisos distantes miles de kilómetros entre sí, esta gira veraniega solo es posible porque la compañía tiene duplicadas las escenografías de ambos shows y, mientras los acróbatas y malabaristas viajan en avión, sus cargas lo hacen en furgoneta.
Aunque contento con esta trayectoria, Moreno no puede evitar hacerse preguntas: «¿Somos lo bastante buenos para actuar en los mejores festivales de circo, como el Daidogei de Shizuoka (Japón) o el Chalon dans la Rue (Francia), pero no para actuar en el Teatro Central de Sevilla?».
«El poder de la internacionalización es maravilloso: conoces festivales geniales y personas fantásticas, pero, después de todo, a una compañía como la nuestra lo que le ilusiona es poder crecer y vivir de nuestro trabajo en nuestra tierra. En Granada somos conocidos solo por un sector pequeño del mundo de la cultura», lamenta Bolo.
Parón estival
Histrión Teatro es otra de esas compañías que tiene la «suerte» de trabajar, unos 70 bolos al año y la mayor parte de las veces, a «un caché ajustado pero seguro», según Nines Carrascal, productora y distribuidora del grupo fundado hace veinte años por la actriz Gema Matarranz, recientemente premiada como mejor actriz en los Premios del Teatro Andaluz por su papel en Arizona.
Sin embargo, no hacen su agosto en verano. «Trabajamos más en la temporada de otoño-invierno», admite Carrascal. Precisamente superar el parón estival fue una de las razones que les llevaron a organizar los Veranos en la Corrala de Santiago, de los que se han celebrado dos ediciones, con Juana, la reina que no quiso reinar en 2013 y Desmontando a Isabel en 2014. «Este verano hemos decidido tomarnos un respiro y aprovechar para planificar 2016», señala.
Histrión también echa de menos los escenarios de aquí. «Durante muchos años nuestro principal mercado era andaluz, pero cuando se instaló la crisis en Andalucía cayó en picado la contratación de espectáculos de mediano formato explica. En Granada siempre hemos trabajado pero nos lo hemos currado mucho. Solemos arrancar en el Teatro Alhambra y luego poco a poco van saliendo bolos por la provincia, aunque el nivel de contratación sigue siendo muy bajo». A su juicio, muchas programaciones están hechas «al peso, rellenando los teatros con cualquier actividad de la índole que sea y bajando mucho la calidad», lo que perjudica a las compañías profesionales.
De ahí que el exterior se presente como un mercado atractivo. En temporadas anteriores Histrión ha actuado en Argentina, Colombia, Inglaterra y Portugal, el año pasado estuvo en Panamá y esta próxima temporada regresan al Festival de Teatro Don Quijote de París, al que llevan yendo muchos años.
«Para nosotros, la gira internacional es complicada porque trabajamos texto y hay que subtitular, y no en todos los festivales o países es posible», explica la empresaria. En cambio, marcaron «un referente a nivel nacional» al ire a producir a Buenos Aires con el dramaturgo y director argentino Daniel Veronese en tres ocasiones.
Títeres viajeros
También se lo toman con cierta calma este verano los titiriteros de Etcétera, Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud 2014. Tras pasar los dos últimos veranos por el Festival de Música y Danza de Granada, esta semana presentan El sastrecillo valiente en los otros dos grandes festivales españoles: mañana en Santander y pasado en la Quincena de San Sebastián. «Para nosotros hay más trabajo en invierno admite Yanisbel Martínez, ayudante de dirección de la compañía liderada por Enrique Lanz. Este verano estamos enfrascadas sobre todo en la creación de una nueva versión de El alma del pueblo, con la que tenemos una gira en septiembre por Bélgica y Francia, donde actuaremos en el Festival Mundial de Teatro de Títeres de Charleville-Mézières, el más grande e importante de nuestro gremio a nivel internacional».
Martínez recuerda que, antes de la crisis, la compañía ofrecía unas 160 funciones al año y hoy en día la media es de 100. «Aun así debemos sentirnos muy afortunados», admite. Su presencia en escenarios locales es «muy variable»: de 2012 a 2014, mientras duró la exposición Títeres en el Parque de las Ciencias y con temporada navideña en el Isabel la Católica, estuvieron muy activos en Granada. En cambio, en esta última temporada solo han actuado dos veces en la provincia las dos en Guadix, frente a 66 en otras zonas de España y 25 en el extranjero.
Por desgracia, comenta esta integrante de Etcétera, «en España en el teatro de títeres por lo general lo que triunfa son los espectáculos low cost y de consumo fácil. Aquí triunfa el copiar y pegar. Sin embargo en otros países del entorno europeo se premia el riesgo, la investigación, otros valores artísticos e intelectuales».
La crisis ha terminado con las producciones de gran formato, muy caras de mover, y ahora la compañía ha cambiado de estrategia, con un espectáculo más pequeño y exportable, El alma del pueblo, que ha estado en Francia, Alemania, Grecia, Cuba, Argentina y Uruguay y tiene bolos próximos en Polonia, Eslovenia, Croacia, Italia y Japón.
Martínez asegura que las giras por el extranjero no son económicamente rentables «A la que empiezas a hacer kilómetros aumentan los costes y por tanto eres menos competitivo en relación a las producciones del país al que vas», pero sí deseables desde el punto de vista artístico. «Las giras son uno de los objetivos principales del trabajo que hacemos: la posibilidad de compartir nuestra obra con un público muy diverso y hacer evolucionar los espectáculos. Son aprendizaje y crecimiento», concluye.
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