«Hay que prepararse para la jubilación a partir de los 45 años»
José María Carrascal es periodista y escritor | El veterano reportero, autor de tres libros sobre la jubilación, participa este jueves en el tercero de los foros sobre Salud y Tercera Edad de IDEAL
Inés Gallastegui
Jueves, 12 de junio 2014, 00:15
José María Carrascal (Madrid, 1930) tuvo una intensa trayectoria como periodista de prensa, radio y televisión. Fue corresponsal en varios países, entre ellos Alemania y ... Estados Unidos, durante varios años presentó los informativos de la noche de Antena 3 y actualmente escribe una columna semanal en el diario ABC.
También ha escrito varias novelas, como 'Groovy', con la que ganó el Premio Nadal en 1972. Tras retirarse, ha encontrado en su experiencia como jubilado un nuevo tema para compartir con sus lectores. Se estrenó con 'Jubilación: la vida sigue' (Planeta, 2002), continuó con 'Jubilación: la edad dorada' (Planeta, 2002) y su última entrega sobre el tema fue 'Jubilación para dummies' (CEAC, 2011). Este jueves participa en el tercero de los foros de IDEAL y Hefagra sobre Salud y Tercera Edad.
Desde que dejó de trabajar ha escrito tres libros sobre la jubilación, una biografía de Ortega y Gasset, un libro sobre Gibraltar... ¿Seguro que se ha jubilado?
Estoy jubilado oficialmente, pero la jubilación es el único periodo de la vida humana en la que uno dispone de su tiempo y, al disponer de su tiempo, dispone de su vida. Yo estoy haciendo de la jubilación oficial una continuación, pero ya plenamente controlada por mí, de lo que fue mi vida profesional.
Usted es partidario de prepararse para la jubilación con mucha antelación. ¿Por qué?
Pues porque es necesario. Por lo menos veinte años antes de jubilarse hay que prepararse físicamente, económicamente y mentalmente. Es una carrera larga. Si uno se quiere jubilar a los 65, a los 45 hay que empezar a prepararlo. O antes. En el aspecto físico, a partir de los 40 años ya hay que comer menos y hacer un ejercicio diario, que no tiene por qué ser ir al gimnasio; puede ser andar, que es el mejor ejercicio. En el aspecto económico, apartar un poco de lo que se gana, si se puede, para que, en el retiro, se pueda uno permitir los lujos que no se ha podido permitir antes. Y prepararse en el aspecto mental es lo más difícil: hay que reconocer que uno ya no está en primera línea de juego, que ya no es el protagonista sino un espectador. Todo ello cuesta tiempo y adaptación.
Y una vez que se llega a esa edad, ¿cómo hay que cuidarse?
Pues, por ejemplo, hay que eliminar prácticamente la cena, comer solo un yogur o algo parecido. En el aspecto económico, hay que acomodarse a la nueva situación. Y en el aspecto mental... si no se ha acostumbrado uno antes, las circunstancias le obligarán.
Patatas de sofá
También será importante el ejercicio intelectual...
Leer es fundamental. Traducir unos signos escritos en ideas, esas ideas relacionarlas con otras... es el mejor ejercicio contra el Alzheimer. Leer mucho. Y mejor todavía en un idioma extranjero.
Sin embargo, para muchas personas mayores la televisión es la principal compañía.
Y a veces la única, es verdad. Pero con la televisión hay que tener mucho cuidado. En primer lugar, está uno sentado y se convierte en lo que los americanos llaman 'couch potato' (patata de sofá). En segundo lugar, no exige ningún esfuerzo mental. Cuantas menos horas de televisión, mejor.
En el capítulo económico, para muchas personas es complicado prepararse para la jubilación cuando ni siquiera les llega para el presente...
Sí. Antes se decía que un sueldo de mil euros era poco y ahora mucha gente, sobre todo jóvenes, ya lo quisieran... Pero en la medida que se pueda, habría que apartar algo, aunque sea solo un euro, en espera de tiempos mejores...
Usted tuvo una carrera profesional apasionante, fue testigo de acontecimientos históricos, viajó... ¿Se echa más de menos un trabajo así?
Yo pensaba jubilarme a los 70 y me jubilé un poquito antes. Pero me he adaptado. El trabajo sigue siendo apasionante para mí. Me he adaptado a esta nueva etapa; ya no estoy en el Muro de Berlín, en el viaje a la Luna o en el Watergate, sino más bien en segundo plano, analizando los hechos. No lo echo de menos.
Vive a caballo entre Estados Unidos y España. ¿Qué tienen que enseñarnos los norteamericanos sobre la vejez? ¿Y qué deben aprender ellos de nosotros?
En el tema de la vejez poco tienen que enseñarnos. Una de las cosas que diré en el Foro del jueves es que no hay una sola jubilación; cada jubilación es distinta y no hay dos personas que la lleven igual. Mientras la niñez suele ser parecida, la jubilación es distinta en cada individuo. En Estados Unidos hay jubilados dichosos y desgraciados... como aquí. Lo que sí nos pueden enseñar los americanos es democracia. La democracia es responsabilidad individual y no consiste solo en derechos, sino también en deberes; esto no ha calado todavía en España.
Suelen decir que saber idiomas es una de las 'vacunas' frente al deterioro cognitivo y las demencias. Usted debe ir sobrado en este aspecto...
Bueno, sí, pero eso no significa que no siga investigando... En uno de mis libros cuento el caso de un profesor de la Universidad de California que, cuando se jubiló a los 70 años, anunció que iba a aprender japonés. Le preguntaron que por qué japonés y respondió: 'Porque es muy difícil'.
Relación de pareja
Las relaciones personales cambian cuando uno ya no tiene obligaciones laborales. ¿Cambian a mejor o a peor?
Las relaciones personales cambian en un aspecto dramático: a partir de los 70 años se mueren los amigos. Hay que acostumbrarse a vivir solos. La soledad es una de las grandes amenazas en esta edad. Y en el aspecto de la comunicación, uno ya está fuera de su tiempo; mira alrededor y dice: 'Este no es mi tiempo'. Incluso no entiende el lenguaje, se habla un lenguaje distinto al que él hablaba en su juventud. Hay que acostumbrarse. Mirar las cosas con cierta lejanía ayuda; no se puede uno sulfurar por lo que ve y por lo que hacen los jóvenes. Es otra edad.
Sin embargo, hay personas mayores que tratan de engancharse a las nuevas tecnologías...
Procurar estar al día es buenísimo, aunque nunca llegarán a dominar las nuevas tecnologías como si fueran jóvenes.
¿Qué ocurre con la relación de pareja?
Hay tantas relaciones de pareja como parejas. Cuando escribí mi primer libro comprobé que muchas parejas se rompían tras la jubilación: es un nuevo descubrimiento porque la pareja, de pronto, está siempre al lado. Otros, en cambio, se hacen más próximos. Depende mucho de los gustos. No se pueden establecer reglas generales, porque esas relaciones son muy especiales. Hay una variedad inmensa.
No me resisto a preguntarle por la abdicación del Rey. ¿Qué le aconsejaría, de jubilado a jubilado?
Creo que a don Juan Carlos, al que he conocido como príncipe y con el que he estado en los viajes a Estados Unidos, no puedo darle ningún consejo. El recibió la más dura de las educaciones: llegó a España de muy niño y tuvo una educación tremenda, solo, lejos de su familia. Le podemos enseñar muy poco. Ha sido un gran rey y solo le deseo lo que se desea en estos casos: suerte. Porque su suerte ha sido la suerte de los españoles.
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