Cuatro años de cárcel para el ladrón de la santa de las Vistillas del Realejo
La Audiencia Provincial absuelve al comerciante que compró la escultura para subastarla en Nueva York sin saber que era robada
La Audiencia Provincial de Granada condena a cuatro años y un día de prisión al marchante de arte que se apoderó de la valiosa talla ... de Santa Margarita de Cortona, valorada en 400.000 euros y que se atribuye al entorno del escultor bastetano José de Mora. El convento de las Vistillas del Realejo, ya clausurado, era un coladero de gente y el hombre aprovechó el despiste de las monjas para, con la excusa de restaurarla, darle el cambiazo en 2018 a las clarisas por otra santa a la que no se parece ni en pintura.
Nadie se dio cuenta de que Santa Margarita no era la original hasta que un coleccionista ofreció la talla de las monjas granadinas para su subasta en la feria de arte y antigüedades de Nueva York por un precio de 350.000 euros. La talla, que descansa en el museo granadino de Bellas Artes, se quedó sin viajar a la Gran Manzana para iniciar un periplo judicial.
El acusado de apoderarse en 2018 de la escultura declaró durante las sesiones del juicio celebradas el pasado mes de septiembre que se la compró a las monjas por 10.000 euros bajo el convencimiento de que ellas tenían permiso para venderla y aseguraba además que en ese momento desconocía su valor. Sin embargo, en la sentencia, en poder de este medio, el tribunal considera probado que las clarisas le entregaron la santa simplemente para su restauración.
Un comerciante de arte compró la santa por 90.000 euros, incluyendo un BMW de segunda mano
A juicio de la sala, el marchante, «guiado por la intención de obtener un lucro ilícito, se apoderó de la imagen, incorporándola a su patrimonio y devolviendo, tras diferentes requerimientos efectuados por la hermanas, una copia «burda» al convento de Santa Clara de Estepa, perteneciente a la referida orden monástica. El convento del Realejo cerró sus puertas en 2018, por eso la falsa imagen viajó hasta Sevilla. Las instalaciones de las Vistillas fueron vendidas en 2022 a un grupo religioso budista por 2,5 millones de euros para albergar un centro de meditación.
La audiencia condena al marchante que sustrajo la talla como único autor criminalmente responsable del delito de apropiación indebida, con el agravante de que la santa es un bien de patrimonio histórico y su valor excede los 250.000 euros. Además, absuelve al titular del anticuario quien compró la talla para su subasta porque «la adquirió sin conocimiento de su origen ilícito y sin conocimiento de la imposibilidad de comerciar con ella». El comerciante de arte compró la santa por valor de 90.000 euros, incluyendo en el precio un BMW de segunda mano. La talla tenía permiso de exportación del Ministerio de Cultura, ya que no contaba como sustraída la imagen y antes de intentar venderla en Nueva York se ofreció en la feria de Maastricht por valor de 350.000 euros. El comerciante se enteró a través de la prensa de que la santa era robada.
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