La cuarta investidura sobre la bocina

El sábado 13 de junio, Torres Hurtado recibió el bastón de mando de la ciudad por cuarta vez, gracias al apoyo de los concejales de Ciudadanos, liderados por Luis Salvador. El camino hacia su investidura no se despejó hasta un día antes del pleno, cuando parecía que el voto de la formación naranja iba a ser para el socialista Francisco Cuenca.

A la jornada previa a la investidura, la negociación llegó inclinada del lado socialista. Estas fueron las palabras de Salvador: «Un alcalde con más de 70 años, que lleva doce gobernando y con sombras en su gestión no es lo adecuado para comenzar esa nueva era que pedimos». El líder naranja insistió en los días previos al pleno en que no aceptaría como interlocutor en las negociaciones a Torres Hurtado, de quien dijo que no sería alcalde de la ciudad. El viernes antes del pleno, Luis Salvador se reunió con los portavoces populares y acordó verse con Torres Hurtado. Así fue. Compartieron mesa en un restaurante del Centro y la foto de los dos líderes corrió como la pólvora por los medios de comunicación digitales. Los representantes de Ciudadanos y los del PSOE habían quedado a las cuatro de la tarde. Estos últimos acabaron por levantarse de la mesa al conocer, a través de un comunicado, que el acuerdo con el PP estaba prácticamente cerrado. Cuenca lamentó el «paripé» de Ciudadanos durante 14 días. El cuarto mandato de Torres Hurtado arrancó un día después de aquel pacto in extremis y con el compromiso de que cedería la alcaldía a otro concejal del PP meses después.

Sin embargo, el Caso Nazarí que terminó por provocar su dimisión en 2016. Fue otra renuncia, la de un diputado de Deportes y Administración Electrónica, Mariano Lorente, la que abrió las puertas de la alcaldía para Francisco Cuenca. La salida de Lorente –investigado por un cargo anterior– fue la condición impuesta por Ciudadanos para investir a Cuenca el 5 de mayo de 2016. El acuerdo quedó cerrado dos días antes del pleno de investidura.

Más compleja y ajustada en tiempo –minutos– fue la negociación que acabó con Luis Salvador sujetando el bastón de mando en junio de 2016. Hasta que no salió de la jarra de los Caballeros XXIV el último voto, no estaba claro si sería alcalde de Granada.

En la noche antes del pleno no había acuerdo cerrado entre PP, Cs yVox para evitar que gobernase el PSOE, la lista más votada en los comicios de mayo. Naranjas y populares no se ponían de acuerdo en quién debía liderar el gobierno bipartito. Finalmente, minutos antes de la sesión hubo un pacto cuya interpretación –la alternancia a mitad de mandato, defendida por el PP y negada por Cs– ha terminado por desatar la ruptura del bipartito.

24 horas antes del pleno de investidura celebrado este miércoles solo había una mayoría absoluta: la de los concejales que no tenían ninguna certeza de quién gobernaría la ciudad a partir de hoy. Las dudas acerca de la cuarta investidura sobre la bocina han quedado despejadas: Paco Cuenca será el nuevo alcalde de Granada.