Huelga en Justicia
Cruzada de los funcionarios de Granada en defensa de su «dignidad»Alrededor de 300 trabajadores de los juzgados de la capital se manifiestan desde la Subdelegación hasta Plaza Nueva para exigir al Gobierno que atienda sus demandas
Silbatos, megáfonos y sirenas al rojo vivo. De la farmacia que hay al final de la Gran Vía, cerca de la estatua de Colón, sale ... una turista con un sombrerito de paja. Se adivina que es foránea por sus rasgos. Abandona la botica con sus dos dedos índices clavados en los oídos. Da unos pasos por la acera con el ceño fruncido y dirige su mirada hacia el centro de la Gran Vía. Observa atenta la legión de funcionarios de Justicia en huelga que está tomando la calle tras una enorme pancarta y descubre el origen del estruendo matutino de hoy en el corazón de Granada. «¡Siempre callados, ahora cabreados!», gritan los manifestantes. Y tanto.
Son decenas y decenas. Un ejército de unos 300 hombres y mujeres encabezados por Antonio y Nuria, dos compañeros disfrazados de caballeros templarios que van de avanzadilla y enarbolan las banderas de Granada y de Andalucía. Nuria es del Juzgado de lo Social 4 de Granada y habla sin tapujos y sin dejar de alternar entre sus brazos el mástil de la enseña. «Voy de templaria; los templarios son los que defienden los derechos de todos», presume.
En su juzgado, dice, están secundando la huelga todos los funcionarios. «Estamos al cien por cien desde el 17 de abril». Nuria, que es auxilio judicial, da fe de que a diario se están suspendiendo muchísimos juicios. »Las cajas se van amontonando y se van a dos o tres años de agenda», asevera.
«Llevamos muchos años en las mesas de negociación y no se nos ha hecho caso. Sin embargo, se les concedió a los letrados (los LAJ) un incremento salarial, cuando la mayoría de las funciones están delegadas en los cuerpos generales de Justicia. ¡Y por eso nos hemos indignado! ¡Sin nosotros no hay Justicia», denuncia la templaria.
Antonio, además de una túnica blanca con la Cruz Templaria, también porta un escudo gris con tres frases que resumen los objetivos de esta 'cruzada': «Reconocimiento de funciones. Retribuciones justas. Dignidad profesional». Él, como el resto, cree que el Gobierno central está teniendo una actitud discriminatoria y clasista con ellos.
Entre las filas de los manifestantes se confunden los auxilios con los tramitadores y gestores. Van todos a una. Hay huelguistas de todos los órganos judiciales de Granada. Son un auténtico regimiento de funcionarios que ha cambiado este miércoles -y la mayoría desde el 17 de abril- los ordenadores, las mesas y los expedientes judiciales por el arma que creen más efectiva: hacer ruido en la calle.
La marcha ha cortado la circulación en una de las principales arterias de la urbe. Un amplio dispositivo policial vigila que el itinerario se desarrolle con normalidad. Un furgón de Policía Nacional les abre camino. Entre los dos caballeros templarios y la enorme pancarta de la cabeza de la marcha jalean los representantes de los sindicatos convocantes (CSIF, STAJ, CCOO, UGT y SPJ-USO).
Uno de ellos es Antonio González, de UGT, que pide «una reunión urgente» de los líderes sindicales con los representantes políticos en Madrid. Otra es Silvia Martín, delegada de CSIF, quien recuerda que ya son dos meses de huelga. «Somos un colectivo muy luchador por nuestros derechos«, admite la delegada, para garantizar que no piensan entregar las armas pese al agujero que suponen las protestas en sus nóminas. «El quebranto es grandísimo, pero yo digo que es el dinero que mejor he invertido en mi carrera, porque es por dignidad».
Durante el recorrido se realizan algunas paradas con dedicatorias expresas. Una, frente al edificio Olympia. «¡Esta es, aquí está, la cueva de Alí Babá!», repiten. En ese inmueble está la Gerencia Territorial de Andalucía del Ministerio de Justicia en Granada. Otra, frente a la Fiscalía Superior de Andalucía. Quieren que todo el mundo les oiga.
La mayoría de los viandantes y comeriantes de la zona se quedan como estatuas en la acera cuando la marcha pasa a su altura. Una pareja de turistas orientales saca deprisa los móviles para inmortalizar el momento. Parece que no entienden muy bien qué ocurre, pero han visto a algunas huelguistas con delantales con lunares y flores prendidas del pelo. Habrán pensado que aún es feria. A saber.
Una las flamencas es Davinia, delegada del SPJ-USO. Están parodiando a la ministra Pilar Llop cuando se fue a la feria de Sevilla mientras los funcionarios de todo el país iniciaban su clamor. «Cuando tú tienes un cargo público de responsabilidad y tienes a un colectivo en un conflicto de esta magnitud, creo que debes atender y priorizar otras tareas», apostilla crítica Davinia.
A mitad de camino, la manifestación para en seco. Nicolás Núñez, coordinador del STAJ agarra su megáfono y pide atención. Acaba de llegar un sindicalista histórico «guerrero» para unirse la protesta. Es Miguel Estaban. Está ya jubilado y no ha querido perderse esta expresión de energía y fuerza del colectivo. Esteban luce un sombrero y una sonrisa de orgullo por sus compañeros. Les anima a no rendirse. «Tenéis que aguantar el tirón, al igual que en 2005», les indica. «¡Viva los funcionarios de Justicia!», exclama entre aplausos y vítores.
En medio de la primera fila sobresale un funcionario alto con un cuchillo de mentira atravesándole los sesos. Hay algunos más con caretas. Y otro de los huelguistas alza un póster típico del western, de esos que aparecen en las películas del oeste en los que se ofrecen recompensas por los forajidos. 'Wanted', pone. Debajo está la imagen de Tonxu Rodríguez, secretario de Estado de Justicia, el 'número dos' de Pilar Llop.
Junto a ese cartel, hay otros que evidencian que el colectivo no piensa ceder a la indiferencia del Ejecutivo de Pedro Sánchez, a quien dedican, a modo de caroca, una invitación a irse. «Presidente clasista... tú no eres progresista. El 23 de julio nos acordaremos de ti... ¿Para votarte?... Noooo ¡¡Para botarte!!», es la leyenda que exhiben algunos de los participantes. Están muy enfadados con el trato que están recibiendo pese a constituir el 93 por ciento de la plantilla judicial.
La marcha culmina sobre las 11.30 horas frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). A las 11.05 ya casi doblaba la esquina con Reyes Católicos. Había salido a las 10.00 desde la Subdelegación del Gobierno, donde de forma periódica los huelguistas están protagonizando concentraciones. Habrá más. Los funcionarios prometen no dejar el campo de batalla hasta que el Ministerio de Justicia les escuche y negocie. «¡Sin nosotros no hay Justicia!» vienen coreando. Y es verdad.
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