El crucificado de Alonso de Mena recupera su policromía original
Tres restauradoras, de forma altruista, han completado en dos años el trabajo en el Cristo ubicado en el museo de las Carmelitas
«La imagen no tenía ningún problema de soporte. Principalmente, la intervención ha consistido en trabajos de limpieza y fijación de la policromía original que ... es la que presenta la imagen tal y como la podemos contemplar». Así resume la restauradora Carmen Bermúdez a IDEAL el trabajo realizado en el crucificado tras la presentación de esta portentosa imagen del barroco granadino realizada por Alonso de Mena en el primer cuarto del siglo XVII. Se encuentra en el coro bajo del monasterio contemplativo de Carmelitas Calzadas de la Antigua Observancia, en la calle Monjas del Carmen.
Las Carmelitas, merced a su museo ofrecen a los granadinos y visitantes un espléndido museo del que forma parte la capilla y en su interior esta talla del crucificado. «Desde 1508, fecha de la fundación del monasterio, está toda la historia recogida en los archivos conventuales y en su estudio está trabajando Venancio Galán, su director, para descifrar la historia del mismo».
La imagen nunca ha procesionado, por los datos que se tienen, y llegó al monasterio, según la leyenda recogida en las crónicas monacales «traída por dos mancebos que llamaron a la puerta para guarecer la talla de la lluvia que caía», Las monjas subieron la imagen al coro alto y a una de las monjas le habló diciendo «con vosotras me vengo». Y aquí se quedó, pues nada más se supo de los portadores de la imagen que la dejaron a las puertas del monasterio. Venancio Galán relató esta leyenda indicando que la imagen de Alonso de Mena reflejó «en todo el cuerpo la Pasión. Azotado, lleno de latigazos, humillado y abofeteado cuya marca se puede ver en el pómulo izquierdo» señaló Galán para resaltar la fuerte expresividad de la imagen fruto de «la religiosidad tan profunda de su autor».
La limpieza realizada ha permitido encontrar la policromía original. El único desperfecto en la madera era la ausencia de un dedo que ha sido repuesto tomando como referencia otro de sus dedos originales. No consta más que un repolicromado que se realiza en los años treinta, seguramente hacia 1938, y algunas intervenciones parciales también en la policromía, pero localizadas en zonas más deterioradas. Ha sido un trabajo altruista, las religiosas han cubierto los gastos.
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