«Nadie se podía creer que un alumno había apuñalado a otro ni que tenía una navaja»

El centro de educación Secundaria mantiene total normalidad tanto en las clases como en el ambiente en su interior. Así lo cuentan los alumnos mayores de edad que salen del instituto durante el recreo para comprar la merienda en una panadería cercana. «Está todo bien, tranquilo», dicen. La dinámica del día a día ha roto la tensión y el nerviosismo de lo que ellos mismos definen como un «hecho puntual». «El ambiente se quedó muy raro», explican en relación a lo ocurrido.

Los compañeros aún se sorprenden de lo que vivieron. Más aún cuándo recuerdan a la víctima y su presunto agresor. Gerardo es quien recibió la puñalada en el muslo de su pierna izquierda. «Es respetuoso y tranquilo», cuentan. El chico hace solo unas semanas que ha llegado al centro. Tienen también buenas palabras para el presunto autor de los hechos. «Nadie se podía creer lo que había pasado ni sabíamos que tenía una navaja», añaden.

Ocurrió tras el recreo, a las 13.15 horas, en uno de los tres edificios con los que cuenta el instituto y que alberga las clases de 4º de ESO. Se sitúa en medio del patio. Fue en la entrada de las instalaciones, entre los pasillos. El control de entrada y salida de personas al centro es exhaustivo. Una gran verja azul limita el paso y se abre solo para que los profesores accedan con sus vehículos. En un lateral, se ve un torno. «Es imposible controlar lo que llevan 700 alumnos en los bolsillos o mochilas», apuntan desde el centro.

Definen el origen de los hechos como una «tontería». Al parecer, un empujón en las escaleras derivó en un encontronazo en la clase de gimnasia que al día siguiente provocó el apuñalamiento. Gerardo – el chico agredido– avisó ese mismo viernes de la pelea el día anterior, pero ninguno de sus compañeros pensó que el conflicto acabaría en algo similar.

Lo sucedido se extendió por todo el instituto. También llegó a otros centros educativos de Guadix, que no tardaron en preguntar a los compañeros. Cuentan que corrió el rumor de que habían sido tres puñaladas, aunque aclaran que lo cierto es que hubo una.

Diversos miembros del centro educativo se reunieron ayer para determinar qué medidas toman. Han seguido lo que marca el protocolo y han abierto una sanción cautelar por la que se ha suspendido el derecho a la asistencia a clase del presunto agresor mientras deciden qué hacer.

Aseguran que mantienen su funcionamiento «con normalidad» y que no ha habido alarmismo entre el resto de alumnos, ni tampoco falta de asistencia tras lo sucedido porque se trata se un «hecho aislado». Nunca antes había pasado nada similar ni han tenido problemas por peleas. La consejera de Educación, Carmen Castillo, se pronunció ayer sobre el tema e indicó que «no se pueden permitir este tipo de comportamientos» y que «hay que resolver los conflictos». Carmen Castillo explicó que el cambio de centro educativo es la medida más dura que se puede establecer en estos casos, siempre que el propio instituto determine que es lo más adecuado para los alumnos.

La calma vuelve a los pasillos del instituto mientras los compañeros aún lamentan lo ocurrido el pasado viernes.