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El pasado 8 de febrero tuvo lugar la Gala de los Premios Goya en Granada. Y con su celebración centenares de celebridades estuvieron en la ciudad y desfilaron por la alfombra roja. Entre todos ellos estuvieron Alejandro Sanz y su pareja Candela Márquez. Sin embargo, sin la ayuda de una pequeña tienda de arreglos de moda granadina esta última posiblemente no habría podido asistir a la ceremonia.
La alfombra roja comenzaba pasadas las 19:00 horas. Y aunque la ciudad estaba hasta arriba y llena de famosos, estaba siendo un sábado bastante normal en Arreglos de Marisa Ortega, establecimiento ubicado en la calle Doctor Creus del barrio del Zaidín. Pero todo cambio a eso de las 13:00 horas. «Nos llamó por teléfono el modista de Alejandro Sanz para preguntarnos si podíamos hacer unos arreglos al vestido de Candela, su novia», cuenta a IDEAL Marisa Ortega, que está al frente del negocio junto a su marido Ricardo Cagnacci.
Inicialmente Marisa dudó, aunque su hija Lourdes le sacó esas dudas de la cabeza: «Me dijo que cómo no le iba a arreglar el vestido a la novia de Alejandro Sanz. Así que dije que sí y nos pusimos con ello». Desde entonces no pararon de trabajar para hacer los arreglos urgentes que requería el vestido de Candela. Y dado que no faltaba mucho tiempo para que comenzara todo, iban a contrarreloj.
Marisa Ortega
Propietaria de Arreglos de Marisa Ortega
«Nos trajeron el vestido y nos dijeron lo que querían que hiciéramos. La verdad es que sentí mucha responsabilidad aunque todavía estaba incrédula por todo lo que estaba pasando», detalla. Tenían que arreglar la cremallera trasera, achicar el vestido y tener mucho cuidado con la parte de arriba «para que no se viera el sostén». De hecho, tuvieron que ir a una tienda a comprar uno especial para ello.
«Luego fuimos al hotel en el que estaban para medir que todo estaba perfecto y volvimos a nuestra tienda a hacer unos últimos arreglos». Y cuando regresaron al hotel ya estaba todo lleno de gente esperando a ver a los famosos. «La gente incluso nos gritaba a nosotros, pensarían que éramos conocidos», cuenta Marisa entre risas. Desde a las 13:00 hasta las 18:30 horas no pararon de trabajar y vivieron unas horas «de locura».
«Cuando le dimos el vestido pudimos hablar con ella. Quedó encantada y muy agradecida», y también pudieron conocer a Alejandro Sanz, lo que fue una experiencia «alucinante» y «de muchos nervios» porque todo debía quedar perfecto. «Nunca pensé que podría pasarnos esto. Fue una experiencia muy linda y me sentí feliz de que contaran conmigo, no podía creérmelo». Y es que Marisa es consciente de que son «personas muy importantes» y haber podido trabajar para ellas es «muy bueno» para su negocio.
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