Los vecinos de Castell esperan el nuevo acceso a la playa de Cambriles, ya en sus últimos compases de tramitación
Las urbanizaciones de la calle Cambriles reclaman desde hace años la ampliación del paseo marítimo, mientras el Ayuntamiento asegura que el proyecto ya está en marcha
Lo que para muchos veraneantes y vecinos es un paseo tranquilo junto al mar, para cientos de residentes de las urbanizaciones de la calle Cambriles ... en Castell de Ferro se ha convertido en un obstáculo diario. La ausencia de un tramo de apenas 100 metros en el paseo marítimo obliga a estas familias a enfrentarse a una cuesta con un desnivel de un 9%, un problema para personas mayores, con movilidad reducida o en silla de ruedas.
Ante esta situación, el Ayuntamiento ya aprobó en diciembre una partida de 86.324 euros en los presupuestos municipales de 2025 destinada a la construcción de una pasarela que conectará las playas de Castell de Ferro y Cambriles, que se encuentra en los últimos compases de tramitación pero aún no ha llegado.
Antonio Pérez, presidente de la Urbanización Castell Playa, explica que: «Llevamos más de tres años solicitando al Ayuntamiento la ampliación del paseo hasta nuestra zona. No pedimos lujos, solo un acceso digno para poder llegar al pueblo sin tener que subir una pendiente inhumana. Son apenas 100 metros de obra que darían servicio a más de 2.000 personas en verano», denuncia.
Según datos de las comunidades de propietarios, las urbanizaciones de la zona suman unos 500 apartamentos, que en los meses estivales se traducen en alrededor de 2.000 residentes, casi el 40% de la población total de Castell de Ferro.
Los vecinos aseguran que desde 2021 han mantenido reuniones con la alcaldesa y han presentado escritos respaldados por más de 600 firmas. «Siempre nos dicen que está en marcha, pero nunca pasa nada», lamenta Pérez.
Al no poder desplazarse cómodamente al centro, muchos residentes optan por coger el coche y hacer la compra en supermercados de Motril o en grandes cadenas, en lugar de consumir en los comercios locales.«Al final, el pueblo pierde. Si pudiéramos bajar andando, compraríamos en las tiendas de aquí, pero la subida nos obliga a buscar alternativas. Y todo por 100 metros de paseo», explica Fernando Espigares, otro de los afectados.
La situación es especialmente dura para las personas con discapacidad. Mari Carmen Acosta, vecina de Motril con apartamento en Castell de Ferro, lo sufre a diario con su hija, que tiene parálisis cerebral y depende de una silla de ruedas: «Llevamos tres meses aquí y mi hija no ha podido ir ni una sola vez al pueblo. Imposible. Las aceras están mal y la cuesta es una barrera total. No tengo coche, así que cuando voy a comprar la tengo que dejar sola en casa. Es una situación muy triste», relata con voz entrecortada.
Un proyecto en marcha
Desde el consistorio, la alcaldesa Toñi Antequera reconoce la preocupación vecinal, pero asegura que la tramitación administrativa está muy avanzada: «Estamos gestionándolo. Como dijimos el año pasado, se aprobó en los presupuestos para 2025 la partida destinada a este proyecto. Hemos elaborado ya el proyecto y lo hemos enviado a Medio Ambiente. Granada ha dado el visto bueno, Costas también, y ahora mismo el trámite está en Sevilla, pendiente del último informe. Antes del verano remitimos una carta para pedir que se agilizara, pero todavía no tenemos respuesta. En cuanto la Junta de Andalucía lo apruebe, se licitará la obra y se ejecutará. Sin esa autorización no podemos iniciar los trabajos».
Los vecinos, sin embargo, siguen expresando un sentimiento de agravio comparativo respecto a otras localidades cercanas. «Pagamos un IBI un 25 o 30% más alto y no recibimos nada a cambio. El paseo está descuidado, los árboles secos, la limpieza brilla por su ausencia. Es como si no contáramos porque no estamos censados aquí», critica Pérez.
La reivindicación es simple: la construcción de un tramo de paseo marítimo de obra, resistente a los temporales, que conecte directamente las urbanizaciones con el centro del municipio. Los vecinos no piden miradores ni grandes proyectos, solo un acceso seguro y accesible para todos». Con dos puntos de luz, un banco y la continuidad del paseo sería suficiente. Queremos ir al pueblo andando, consumir en sus tiendas, disfrutar de la vida social. No pedimos más», concluyen.
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