El último día de verano en San Cristóbal en pleno octubre
Con casi 29 grados a finales de octubre, Almuñécar vive un otoño veraniego que llena sus playas, hoteles y chiringuitos y prolonga la temporada turística
El otoño parece haberse olvidado de pasar por el litoral granadino. Mientras buena parte del país comienza a despedirse del verano y a sacar las ... chaquetas y sudaderas del armario, en Almuñécar los sexitanos y turistas aún se resisten a guardar los bañadores y las chanclas. Y no es de extrañar: con termómetros que rozan los 29 grados, el Mediterráneo sigue invitando a un baño. El la playa de San Cristóbal, el mar brilla con un azul intenso que se funde con el cielo despejado, sin una sola nube que recuerde que el calendario marca finales de octubre. Los bañistas más valientes se adentran en el agua que, a pesar del viento, aún ronda temperaturas veraniegas.
Tomando el sol en las tumbonas y con pasatiempos en mano Nieves y Margarita —una de Segovia y otra de Cantabria— conversan mientras disfrutan del calor. «Nosotras estamos fenomenal. En Almuñécar hace 26 o 28 grados, mientras que en nuestros pueblos hace ya bastante frío. El invierno en Segovia es durísimo y el verano también es bastante extremo, pero aquí todo es mucho más templado», dice Nieves.
Junto a la zona del varadero Mariana Lebrun, una turista belga que se enamoró de la localidad hace 15 años, pasea con su perrita Katty. Lebrun se mudó desde Gante hace unos años tras el fallecimiento de su marido. Sin duda, lo que más le gusta es el tiempo y la gastronomía del litoral, «soy fiel amante de los espetos y una buena paella», asegura. En esta época, según cuenta, los fines de semana la playa se llena de gente pero sigue siendo un lugar muy agradable.
El pasado fin de semana, la Costa Tropical ya vivió un adelanto de este «calor otoñal». Las temperaturas alcanzaron casi los 24 grados, en zonas como Almuñécar y Motril, una cifra más propia de verano que de finales de octubre. Los motrileños y sexitanos no dudaron en aprovechar este inusual clima para esta época del año. Las playas vieron un notable aumento de bañistas que decidieron darse un chapuzón y disfrutar de los últimos rayos de sol veraniego.
Temperaturas que vienen de perlas a los chiringuitos de la zona que tienen el ambiente parecido al que podrían tener en el mes de julio. Las terrazas están llenas, el olor a sardinas y adobo se mezcla con la música de los altavoces y el romper de las olas. Francisco Mingorance, propietario del Chiringuito La Dorada de Plata, asegura que con el buen tiempo sigue habiendo clientela, sobre todo de turistas extranjeros y jubilados que disfrutan del buen tiempo.
Francisco Trujillo, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de la Costa Tropical, asegura que incluso en pleno octubre la ocupación de tumbonas y terrazas es muy notable: «Tengo muchas tumbonas alquiladas. La temperatura es magnífica y el tiempo, maravilloso. La playa no solo se disfruta bañándose; se puede disfrutar leyendo, paseando o simplemente tomando el sol».
En la terraza de Mingorance, una familia holandesa charla alegremente. Llevan más de diez años viniendo a los apartamentos del ChinaSol y ya se consideran unos sexitanos más. «Somos de Holanda y ahora en nuestro país hace mucho frío y lluvia», cuentan mientras brindan con una cerveza bien fría. «Venir aquí en octubre es un lujo. Siempre encontramos sol, buena comida y gente amable», añade Karol, la hija mayor de la pareja.
A pocos metros del local, María López camina por la orilla, dejando las huellas de sus pasos en la arena húmeda. «Llevamos toda la semana con el agua buenísima y un sol radiante. Es una bendición poder salir a pasear en manga corta a finales de octubre», comenta esta vecina.
La mezcla de acentos y distintas nacionalidades da vida a esta playa que, incluso en este mes, parece no conocer el descanso. Paco Montes, vecino del pueblo, explica que ya están acostumbrados al buen clima en esta época: «Aquí la gente se sigue bañando hasta mediados de noviembre. Antes del cambio de hora todavía se puede disfrutar de la playa. El clima permite alargar la temporada mucho más de lo esperado», dice mientras acomoda su silla frente al mar.
Gran actividad turística
Un calor que también juega a favor de los hosteleros que ven sus camas llenas. La Costa sigue siendo un imán para los turistas que repiten cada año y también para muchos nuevos visitantes que llegan para disfrutar y llenar los hoteles. En otoño e invierno, los alojamientos que siguen abiertos reciben sobre todo a turistas del norte de Europa -ingleses, belgas y nórdicos- que buscan sol, buen tiempo y tranquilidad. Un año más, las temperaturas y el atractivo del destino han permitido prolongar la actividad turística durante parte del otoño y eso el sector lo nota.
El otoño parece dar una tregua cálida que no solo alegra a quienes la viven, sino que también impulsa a un sector turístico que, gracias al clima, se mantiene con un «veranillo eterno».
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