Los pescadores de Motril preocupados por la propuesta de la Comisión Europea de limitar a 10 días la pesca en 2026
Los armadores del litoral denuncian que, pese a los buenos datos de recuperación del Mediterráneo, Bruselas plantea un recorte «inasumible»
La flota de arrastre de Motril se enfrenta a una de las peores noticias que le podían dar este año. La Comisión Europea ha propuesto ... reducir drásticamente los días de pesca para 2026, limitando la actividad de los barcos a apenas diez días al año. Una medida que llega justo cuando los pescadores empiezan a ver los frutos de sus años de esfuerzo y sacrificio.
Ante este nuevo varapalo para el sector, Ignacio López, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Motril, se muestra muy preocupado. «No entiendo cómo pueden proponer algo así. Llevamos años haciendo sacrificios para recuperar nuestros caladeros, y ahora nos van a quitar los días que hemos ganado. Es terrorismo institucional, un recorte inasumible», afirmó.
Según López, desde el año 2020 la flota de arrastre ha cumplido estrictamente las medidas impuestas por Europa con la reducción de días de pesca, la adaptación de los barcos a la normativa y respetando los días de parón. «Hemos dejado respirar los caladeros, hemos invertido en tecnología que gasta menos combustible y que respeta más el fondo marino. Y aún así, nos encontramos con esta propuesta», añade.
En 2019 se acordó un plan plurianual de gestión de las poblaciones demersales del Mediterráneo occidental, que establecía una reducción progresiva de los días de pesca entre 2020 y 2024 y medidas de selectividad en los barcos. España, Francia e Italia firmaron en 2024 una declaración conjunta para pedir una moratoria del plan y frenar las propuestas más restrictivas de la Comisión Europea, alegando que los caladeros estaban recuperándose y que las restricciones podían perjudicar a las flotas.
El año pasado los pescadores lograron alcanzar una media de 130 días de pesca tras largas negociaciones con la Comisión Europea, que inicialmente proponía apenas 27 días. Ahora, la propuesta para 2026 plantea reducir esa cifra a solo 10 días, lo que haría «imposible» que los barcos salieran a pescar de manera rentable. «No es solo una cuestión económica, es una cuestión de supervivencia para las familias que dependen de la pesca. Muchos marineros se quedarían sin ingresos y sin futuro», añade el patrón.
El problema, según López, no está en la recuperación de las especies. Al contrario: «Los datos muestran que la biomasa se ha recuperado muy bien, pero aun así nos reducen los días. Es como si todos los sacrificios que hemos hecho no contaran para nada». Esta situación ha generado la frustración y preocupación en todo el litoral granadino, donde muchos pescadores ya planean buscar otros trabajos para poder mantener a sus familias.
Negociaciones en Bruselas
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado que luchará por incrementar los días de pesca en la negociación del próximo Consejo de Pesca, que se celebrará los días 11 y 12 de diciembre en Bruselas. Sin embargo, los pescadores no se conforman solo con promesas. «No nos basta con que lo peleen, tenemos que ver resultados. Si no conseguimos mantener nuestros días, muchos barcos se verán obligados a parar y eso afectará a miles de familias», insiste López.
Este año el Gobierno acordó con las comunidades mediterráneas que los pescadores pudieran ampliar los días de faena si modernizaban las redes de pesca y adoptaban tecnologías como las puertas voladoras, que reducen el impacto ambiental de la pesca de arrastre. Sin embargo, las últimas propuestas europeas parecen ignorar estos avances y sacrificios.«Nos están pidiendo que invirtamos en barcos de 30 años de antigüedad, en tecnología que cuesta miles de euros, sin saber si vamos a poder faenar los días necesarios para que sea rentable. ¿Quién querrá entrar a trabajar en la pesca con estas condiciones?», lamenta López.
Los armadores del litoral esperan que las negociaciones en Bruselas permitan un reparto justo de los días de pesca, que reconozca los esfuerzos realizados durante los últimos años y que garantice un futuro sostenible para el Mediterráneo y quienes viven de él. El reloj sigue corriendo y, con cada día que pasa, la flota se mantiene a la espera de que se respete su trabajo.
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