Motril resucita la idea de crear una gran zona verde con locales de ocio en La Alcoholera
Diez años después de que fracasara el último proyecto planteado para la zona, el gobierno de Motril vuelve a tener un plan y un inversor dispuesto
El espectacular puente de diseño, de 43 metros longitud y 37.000 kilos de hierro, que une el paseo de las Explanadas con La Alcoholera ... es el símbolo de la modernidad y la gran transformación que Motril proyectó un día para este emblemático espacio del centro, situado junto al Parque de los Pueblos y el Cerro de la Virgen, en el corazón de Motril. La pasarela, que se construyó en 2011 con fondos del plan Proteja de la Junta de Andalucía, fue la única parte que pudo llevarse a cabo del macroproyecto fallido que, mediante inversión privada, pretendía convertir La Alcoholera en un parque multifuncional con centro de congresos y un hotel.
Aquel ambicioso proyecto, que el Ayuntamiento de Motril presentó a lo grande en la feria de turismo Fitur del año 2009, llegaba con el aval de la firma de los arquitectos Ángel Gijón y Vicente Guallart y contemplaba la transformación de este espacio en una gran zona ocio, con piscina cubierta, restaurantes, un centro de convenciones o un spa, entre otras instalaciones.
La compleja tramitación y la crisis económica que hundió a las empresas que lo sostenían enterraron para siempre el macroproyecto de Gijón y Guallart. Ese fue el último pero no el único intento de hacer algo grande para ese emblemático espacio.
Recuperar la gran explanada de La Alcoholera, donde permanece en pie la chimenea de la antigua azucarera Nuestra Señora de la cabeza, y transformarla en un área de ocio ha sido el anhelo de distintos gobiernos que le han dado vueltas a la idea y han estado incluso cerca de adjudicar los proyectos. Desde un centro comercial, pasando por centro de congresos, un hotel, un balneario, piscinas... y hasta un lago han llegado a estar dibujados en las distintas propuestas que los gobiernos de Motril han presentado para la zona, con presupuestos de hasta 20 millones de euros, y que se han ido quedando olvidados en el cajón del Motril que pudo ser y ya nunca será.
Ahora, casi una década después de enterrar el último macroproyecto que se barajó para esa zona, el Ayuntamiento de Motril vuelve a resucitar la idea de convertir el recinto de la Alcoholera en un gran parque verde, con comercios y locales de restauración que serían la base de la financiación. No hay fechas, pero el área de Urbanismo sí tiene sobre la mesa la propuesta de un inversor para transformar La Alcoholera en una gran área verde y peatonal para el recreo, conectada con el paseo de Las Explanadas y el Parque de los Pueblos. Un gran parque que funcionará como revulsivo para el centro y que incluiría instalaciones y locales de ocio que el gobierno motrileño prefiere no concretar aún.
«Hay una idea, que se sacará en cuanto se pueda y que iría en la línea de crear un gran espacio lúdico, que continuaría el arreglo y la ampliación del Parque de los Pueblos y pretende convertir esa zona en un gran polo de desarrollo», explica la alcaldesa de Motril, Flor Almón (PSOE).
Ambición
«Tenemos ambición de que la oferta sea lo suficientemente atractiva para que sea un reclamo a nivel comarcal. Es el proyecto más completo que se ha planteado para esa zona», esgrime Almón, que insiste en no dar detalles aún para no perjudicar el proyecto.
En la misma línea, su socio de gobierno, el teniente de alcalde de Urbanismo Antonio Escámez (PA), comenta que hay un inversor que ha puesto sobre la mesa un proyecto de ocio para la alcoholera y, para alegría del gobierno municipal, encaja perfectamente con los usos públicos que tiene pensados el Ayuntamiento para la zona. El suelo de La Alcoholera está catalogado en el plan de urbanismo vigente como 'espacios libres y equipamiento' y tiene condicionantes como la necesidad de preservar las vistas, además, por supuesto, de la chimenea.
La instalación de locales de ocio junto al equipamiento público requeriría una innovación en el PGOU que conlleva una tramitación compleja. Después habría que sacar a concurso público el proyecto. Unos pasos que comenzarían a darse ya en el siguiente mandato municipal. «Ese espacio no se puede dejar perdido, queremos un gran futuro para La Alcoholera», dice Escámez, convencido de que en el próximo mandato él seguirá ahí para impulsarlo.
Si van para adelante sería la quinta vez que un gobierno lo intenta. Los tres primeros proyectos fallidos para transformar La Alcoholera se remontan al mandato del socialista Pedro Álvarez, que entre 2004 y 2007 se empeñó en hacer del centro de ocio de la alcoholera la obra emblemática de su mandato. Eran los años de vacas gordas y al Ayuntamiento de Motril se acercaban los inversores.
18 millones
Primero se barajó una idea que incluía un lago, mirador y un centro comercial pero el que, finalmente, llegó a salir a concurso público fue otro proyecto posterior que contemplaba la construcción de un macrocentro cultural, comercial y de ocio, sin superficie de alimentación, con auditorio, parking,... Era una concesión del suelo por 50 años del suelo y conllevaba una inversión privada de 18 millones.
El proyecto tuvo varias 'novias' pero finalmente el concurso oficial quedó desierto. El Ayuntamiento estuvo muy cerca de adjudicarlo por procedimiento negociado a una constructora motrileña, Grupo Alaminos, que en 2005 presentó un boceto diseñado por el arquitecto Juan Carlos Quintanilla y puso sobre la mesa 12 millones de inversión. Pero tampoco cuajó.
En 2007, el gobierno de Álvarez hizo un último intento de sacar adelante la transformación de La Alcoholera con una nueva vuelta de tuerca y encargaba al arquitecto Bernardo Pozuelo otro proyecto que reducía la edificabilidad a 4.000 metros y el presupuesto a once millones. Mantenía el parking, el mirador, el anfiteatro... Pero esta vez el entonces alcalde tampoco logró sacarse la espina de la alcoholera.
Con el cambio de gobierno, ya con Carlos Rojas (PP) como alcalde, llegó el espectacular proyecto del parque multifuncional que volvió a generar expectativas pero del que finalmente solo quedó el puente.
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