Manolo y Encarni: los 20 años de amor de una pareja cuya pérdida ha desgarrado a Motril
Él era guardia civil, ella trabajaba en el sector de las alarmas de seguridad. Los que los conocían aseguran que se desvivían el uno por el otro
Motril tardará mucho en recuperarse de una de las mayores tragedias que ha vivido. El fallecimiento de Encarni Muñoz Cardona en un accidente de tráfico, y el suicidio de su marido, José Manuel Jiménez Palomo (más conocido como Manolo), doce horas después, ha dejado a los vecinos desolados. La pareja se conoció hace más de 20 años, cuando apenas eran unos veinteañeros, y desde entonces no se han separado. Fruto de su amor nacieron sus dos hijas, de 12 y 15 años, a las que ahora arropan sus familiares. Siempre han sido una piña. De ahora en adelante, más aún.
Noticia Relacionada
Consternación en Motril por la muerte de una pareja de vecinos en 12 horas
Encarni era la mayor de cuatro hermanos y su madre regenta una conocida tienda de moda en Motril. Todos ellos son muy queridos en su tierra. Familiares de la fallecida explican a IDEAL que era fuerte, trabajadora y con mucho carácter, de ahí que siempre cumpliese «sus objetivos y sueños».
Empezó a trabajar siendo muy jovencita y ha estado siempre vinculada al sector de las alarmas de seguridad. Actualmente trabajaba para Securitas Direct. De hecho, miembros de esta empresa se han trasladado desde Madrid a Motril para estar presentes en el tanatorio. Pero, sobre todo, Encarni era «muy familiar». «Estaba entregada a sus niñas, su marido, sus padres… Le encantaba viajar y disfrutar con ellos. Tenía muchas ganas de vivir», relatan. Vivía feliz en su piso de Playa Granada. Motril era el lugar que le daba paz.
Manolo, por su parte, trabajó durante años en el sector de la construcción, hasta que decidió opositar a la Guardia Civil. Aprobó y realizó las prácticas en Salobreña, según cuenta David, quien fue su tutor en aquella época, que después se convirtió en un buen amigo. En la actualidad, Manolo era cabo primero y trabajaba en Málaga, en un grupo especial de Transportes. Además, conservaba la esencia de su época en la construcción y seguía siendo un manitas: era capaz de reformar y arreglar lo que se le ponía por delante. Iba y venía a Motril, donde se encontraban sus seres más queridos.
Si por separado brillaban, juntos formaban un equipo inseparable. «Se querían muchísimo, han estado unidos desde que eran unos críos. Se buscaban, eran tal para cual. Donde iba él iba ella y viceversa», expone David, que solía coincidir con José Manuel en los bares. Allí demostraba que a simpático no le ganaba nadie: «Iba siempre saludando y parándose con todos».
En Motril aún no han podido digerir el horrible suceso. «Es desgarrador», insisten los allegados. El primer mazazo por la muerte de Encarni fue un drama. El segundo golpe, el de José Manuel, ha convertido la situación en insoportable. Los familiares están unidos y sacarán adelante a las niñas; los motrileños tienen claro que se van a volcar con ellos. Solo el cariño les ayudará a afrontar la pérdida de dos vecinos que dejan una huella imborrable.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.