Madrugada 'de guardia' en Motril

Ana Rubia es la precursora de la iniciativa. A las doce de la noche, después de una dura jornada de trabajo, deja su negocio para empezar otra ardua labor sin remuneración económica pero con una compensación casi más valiosa, la de sentirse útil para su municipio y lograr que los motrileños puedan estar más tranquilos. Ana, que tiene alma de policía, tiene claro que no es un agente de las Fuerzas de Seguridad. Por eso desde el primer momento sabe que la patrulla se va a desarrollar a bordo de vehículos y que en el caso de que observen algo sospechoso lo primero que harán será ponerse en contacto con la Policía Nacional. No son jusiticieras, sólo quieren hacer ver qué Motril tiene unas necesidades que hay que cubrir y que hay vecinos de determinados puntos de la ciudad que se siente solos e inseguros.

A las doce de la noche, estas tres motrileñas arrancan su patrulla. Están pendientes de que esta semana al menos cinco personas más se sumen a esta iniciativa, pero aunque esta vez sean pocas no dudan en ningún momento en que hay que salir.

No era el mejor plan para un sábado noche, pero las integrantes de esta asociación tenían claro que de alguan manera era su obligación, su responsabilidad. Saben que patrullar la ciudad no va a servir para terminar con la delincuencia, pero esperan que de esta forma logren, al menos, hacer ver a los responsables políticos que es imprescindible contar con más efectivos y conseguir que los ciudadanos tengan más sensación de seguridad.

Las tres están cansadas. Especialmente Ana Rubia, impulsora del grupo de Facebook y de la asociación. Antes de comenzar a patrullar, en su negocio, un cliente pregunta en qué va a consistir esa patrulla vecinal. «¿Vosotros sabéis en qué consiste esto de la patrulla? Yo estaría dispuesto a participar y siendo Ana, con lo valiente que es, no me extraña nada», explica mientras sale por la puerta de camino a casa tras haber comrpado algo de comida en el negocio de Ana.

Fue ese negocio, los cuatro robos que ha sufrido ese negocio en los últimos cuatro años, lo que impulsó la puesta en marcha de este grupo. Ana se cansó y pensó que unir a los vecinos de Motril podía servir para cambiar algo. «Nosostras lo que queremos es que la ciudad se más tranquila», afirman, mientras recorren los lugares más oscuros del municipio. Son conscientes del peligro y de que no pueden toamrse la justicia por su mano. Saben incluso que puede haber quien sepa quiénes son sin siempre utilizan el mismo vehículo, por eso una de las cosas que tienen claras es que irán variando de coche, quieren ayudar a la Policía en su labor, pero tampoco quieren ser víctimas de ninguna situación demasiado complicada.

«Ayer quemaron otro contenedor», comenta una, mientras otra de las ocupantes del coche protesta al ver a un grupod e jóvenes que atacan el mobiliario urbano. «Lo pagamos todos, no es la mejor forma de divertirse», afirman.

A pesar de todo, la noche es tranquila. Son conscientes, de que aún es temprano. «Quizás la próxima noche sea mejor salir más tarde», recpacitan. Más tarde es, aún más de madrugada. Su turno ha arrancado pasada la medianoche. Eso sí, es sábado, las calles están más transitadas que un día de semana y e incluso se ven más patrullas de policía. «Hoy hay más agentes, ojalá simepre fuera así», indican.

No dudan en que esta iniciativa no es algo que haya surgido sólo para un día. «Habrá quien piense que nos vamos a cansar, pero tenemomuy claro cuál es nuestro objetivo», aseguran.

Las patrullas no van a ser su única iniciativa, aunque sea la más llamativa. También quieren organizar cursos de defensa persona y están incluso buscando una sede para la asociación. En Facebook ya son muchos. Casi 1.900 personas forman parte del grupo creado en esta red social, que fue el arranque de todo lo demás. Confían en que fuera de la pantalla la participación también continúe creciendo. De hecho, la expectativa es que esta semana haya dos vehículos con cinco personas cada uno para patrullar la ciudad.

Antes de las dos de la madrugada paran para comer algo. La noche ha sido muy tranquila. «Ahora va a parecer que no hay ningún problema», dicen casi bromeando, pero seguras de que no están haciendo nada por gusto. «No es el mejor plan que se me ocurre para una noche de sábado», comentan entre las tres. Se plantean salir más tarde esta semana, aunque arrancar a las dos de la madrugada desde casa puede ser aún más complicado. Lo único que quieren es que ningún motrileño tenga que sufrir lo que Ana sufrió en su negocio. «Lo único que pensaba después de que me hubieran robado es que habría pasado si mi hija hubiera salido en ese momento a la barra», indica. Se retiran alrededor de las 3.30 horas. Ha sido un sábado tranquilo. Lo agradecen. Están cansadas. Volverán en los próximos días. Insisten en que esto no ha sido algo que no hayan pensado. Van a seguir.