El histórico restaurante de Motril que enamora a base de quisquillas y cigalas

Se trata del Restaurante Katena, ubicado en la Playa de Poniente de Motril (Camino del Pelaillo, s/n). Un restaurante familiar cuyos orígenes se remontan a antes de 1960 a manos de Josefa Tirado y Francisco de Paula Molina. «Mi abuelo heredó unos terrenos donde hoy está el restaurante. Por aquel entonces solo había allí gente del campo y pescadores», cuenta a IDEAL María Molina, nieta de Josefa y Francisco.

Su abuela empezó a ofrecer cafés y tortillas a la gente de la zona y así fue como surgió la idea del negocio a la que más tarde darían forma sus hijos Antonio, Pepe y Luis. «Mi padre y sus hermanos empezaron a trabajar allí desde muy pequeños junto a mi abuelo. Al principio era una tabernilla en la que la gente cogía su refresco directamente de la nevera». Y poco a poco empezaron a crear nuevos espacios hasta ser lo que el Restaurante Katena es hoy en día.

Primero añadieron una zona de bar y más tarde uno de los comedores. Incluso montaron un aparcamiento en lo que hoy son las terrazas del negocio. Pasados los años, en la década de los 80, inauguraron una discoteca que «tuvo muchísimo éxito en Motril durante años». Y así, con mucho trabajo y yendo «poco a poco», consiguieron transformarse en uno de los negocios más exitosos de toda la provincia de Granada.

Ahora son María y su primo Luis los que están al frente del negocio, aunque Katena no ha perdido la esencia que consiguió con sus padres. «Lo que más destaca aquí es el producto. Viene tanta gente que todo siempre es fresco y de la mejor calidad», explica María. Y aunque lo que más busca la gente es arroces y pescado, también cuentan con carnes «muy buenas» que ofrecen a la brasa.

Las auténticas estrellas de Katena son la quisquilla de Motril y la cigala, hasta el punto de que muchos clientes les llaman para reservarlas. Y otras especialidades que ofrecen son los centollos, algo que «no es tan común encontrar en Granada», las otras francesas y las zamburiñas. Sin olvidar sus tapas, con protagonismo para el pescado frito, los arroces y las migas.

Dada su trayectoria, son muchas las personas que los consideran como una de las opciones más destacadas para comer en la Costa Tropical. «Para nosotros conseguir eso es algo esencila. Hay gente que viene de todas partes de España a comer y nuestro objetivo es que se vayan contentos», explica. Y tras el éxito logrado Antonio, Pepe y Luis, que son quienes pusieron a Katena donde está, tanto María como Antonio tienen claro que el negocio familiar seguirá vivo mucho tiempo: «Vamos a mantener la esencia, que es lo que la gente busca, y no vamos a parar de mejorar. Estamos ilusionados y queremos ver un Katena cada día mejor».