«Gritaban desesperadas y las cogimos a pulso porque nos llevaba el viento»
La familia Zinati rescató del agua a dos niñas que estaban a la deriva en una tabla de paddle surf y a tres millas de la costa de Torrenueva
Dos embarcaciones pasaron de largo y los únicos que pararon fueron los Zinati, una familia originaria de Dubái que disfruta sus vacaciones de verano entre ... la Costa del Sol y la Costa Tropical. Dos niñas, de 14 y 15 años, estaban a la deriva en una tabla de paddel surf entre los tormentosos acantilados de la playa de la Joya de Torrenueva y, pese a tener la dirección de la embarcación de recreo averiada no se lo pensaron: pusieron en riesgo sus vidas, en vez de buscar refugio en el puerto de Motril. Maniobraron durante más de media hora para acercarse a ellas y auxiliarlas. «Nos pusimos en la piel de sus padres. Uno de mis tres hijos tiene prácticamente la misma edad que esas chicas», cuentan a IDEAL Issam y Youssra, el joven matrimonio.
Su hijo, Imran, de 13 años de edad, les ayudó en el auxilio de las dos náufragas, mientras que sus hermanos Mohamed, de 9 años, y Yood, una niña de tres años, se refugiaban en los camarotes. El tiempo cambió en cuestión de minutos. Los pequeños de la familia jugaban con un kayak cuando empezaron a desprenderse rocas de los acantilados. La familia los recogió enseguida para volver a tierra firme. Viento, viento y más viento en pleno estallido del reventón térmico. En esa zona se produjeron dos tornados y una manga marina. Costaba capear el temporal y bogar a la dársena. «Había mucha resistencia y volaban nuestras cosas del barco», cuentan con terror. En su huída, les llamó la atención unas sombras en el agua. «Mi mujer me avisó de que había dos niñas y el servicio de Salvamento Marítimo no atendía llamadas porque estaban desbordados. Después supimos que ellas también habían tratado de avisar. No había mucha cobertura y las niñas gritaban desesperadas», explican en español.
«Cuando logramos tocar tierra sus familias estaban esperándolas en el muelle»
«Las chicas estaban a tres millas de la orilla. No lo iban a lograr sin ayuda. Mi padre, que navega muy bien, llevaba el barco hacia delante y hacia atrás con calma para acercarnos a ellas todo lo posible», manifiesta el joven Imran en un perfecto español. Media hora después estaban lo más cerca posible de las niñas. La madre, Youssra cogió a la primera de las bañistas aunque la tempestad casi se la lleva por delante. El niño de 13 años de edad la ayudó y por poco acaba también en el agua. «Me agarré a unos asideros de la popa porque mis piernas estaban volando», dice el niño. La tabla de paddle surf se movió con una integrante menos con mayor ferocidad hacia el interior del Mediterráneo, pero el hombre, Issam, sacó su cuerpo por la borda y cogió a pulso a la niña que quedaba. Todos a salvo, continuaron con calma la travesía al puerto. Llegaron una hora después. «Las niñas estaban asustadas y mareadas, pero todos mantuvimos la calma. En el camino de vuelta lograron ponerse en contacto con sus padres para hacerles saber que estaban bien. Cuando logramos tocar tierra sus seres queridos estaban esperándolas en el muelle. Fue muy bonito. Nos contaron que pasaron dos embarcaciones por delante y no les ayudaron. Es incomprensible», relatan los Zinati. No consideran que lo suyo haya sido un acto heroico, lo llaman simplemente humanidad.
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