El Gobierno no concreta plazos para las obras de los espigones

Los seis proyectos de defensa para la Costa Tropical se estancan sin perspectivas de que a finales de este 2023, bajo el 'amparo' de los fondos europeos, estén ejecutados. Para que eso fuese posible, el año pasado, tal y como se dijo, se debería haber sacado a concurso la adjudicación de las obras.

Ayer, tras los daños generados por el temporal en Motril y Albuñol, este medio preguntó a la Subdelegación del Gobierno en qué estado de la tramitación se encuentran los planes de defensa y regeneración de playas del litoral y la repuesta sobre su situación ha sido la misma que se recibió en febrero de 2022, cuando IDEAL comenzó a consultar con frecuencia tanto a Costas como al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico por el avance de los espigones.

Las defensas de Salobreña y Playa Granada y el plan de creación de playa en Castillo de Baños (Polopos-La Mamola), donde las olas rompen directamente en el paseo marítimo y no hay arena, se encuentran en fase de tramitación ambiental. Mientras que los otros tres proyectos restantes, los dos de Albuñol (espigón de La Rábita y el espigón del Pozuelo), así como el de mejora de las playas de Castell de Ferro, están «en diferentes fases de supervisión técnica», en el primer escalón antes de que salgan a información pública y se dé paso a la calificación ambiental, que es bastante farragosa.

Subdelegación no ha podido tampoco concretar los plazos para el inicio de las obras de estos proyectos prometidos, algo que no es de extrañar. Hay planes que siguen en su fase inicial, mientras que otros como el espigón para la Punta del Santo en Playa Granada, permanece atrapado en la mesa del ministerio, en tramitación ambiental.

Acerca de los periodos y el calendario, la demarcación de Costas dice: «Los plazos de licitación de la actuación dependen de la citada resolución del procedimiento ambiental». «Tras la emisión de la declaración de impacto ambiental, si es favorable, se licitarán las actuaciones». Que esto se produzca depende del Gobierno porque la resolución final de la tramitación ambiental corresponde al Ministerio de Transición Ecológica, que no responde a las cuestiones planteadas.

Exactamente en este último punto antes de las obras está el espigón de Playa Granada, que es el proyecto más avanzado. «Cabe informar que la actuación se encuentra pendiente de resolución del procedimiento ambiental ordinario, competencia de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, así pues la resolución del citado procedimiento ambiental compete a este organismo», explica Subdelegación.

Para el espigón de Motril ni Granada ni sus técnicos pueden hacer nada. Es más, Costas destaca el trabajo de sus empleados. «El Servicio Provincial de Costas evalúa constantemente el estado de los bienes de dominio público marítimo terrestre, dentro de las competencias asignadas, evaluando, valorando e informando a la Dirección General de La Costa y el Mar sobre los cambios que se producen por efecto de los temporales. Para ello contamos con personal destacado en la costa y con personal técnico», aseguran.

Tragar arena

El sentimiento en los municipios costeros es de completo abandono. Tantos años de esfuerzo y reivindicaciones parecen quedar en papel mojado. El primer compromiso con los espigones se hizo en el año 2014, pero no se concretó hasta tres años más tarde, 2017, con la presentación de llamada 'Estrategia litoral', un estudio en profundidad que definía los espigones, los presupuestaba en 21 millones y los calificaba en prioridad. Fue en el año 2019, con el gobierno socialista de Pedro Sánchez, cuando estos proyectos comenzaron a redactarse . Todos están «redactazos» y a la espera de materializarse.

Por ahora, la única solución que parece tener la Costa es sacar la maquinaria cada vez que el mar les azota. El Ayuntamiento ha empezado a levantar (temporalmente) un muro de piedras en Playa Granada para contener su senda litoral, suspendida en el aire, y evitar así que se parta, a la vez que en Albuñol se actúa en sus dos paseos marítimos inundados.

La otra alternativa es seguir tragando arena. Hace décadas que se hacen trasvases periódicos en vez de adoptar las medidas definitivas. El mal de las playas granadinas es en parte por el pantano de Béznar-Rules. La finalización de la presa, que comenzó a embalsar agua en 2007, cortó los aportes de áridos del río Guadalfeo y agudizó la necesidad de sistemas de defensa para las playas. Años después las canalizaciones para que el agua de ese pantano llegue al campo tampoco están hechas, pero eso es otra historia.

Los empresarios y los Ayuntamientos lo tienen claro. Piden al Gobierno que haga una inversión millonaria del tirón para la Costa en vez de malgasta r dinero cada verano en aportar arena a las playas