El 'exyate' de Schumacher hace parada en boxes en Motril
20 operarios de Marina Motril reparan el barco que perteneció al piloto alemán antes de que parta a surcar el Mediterráneo con su nuevo dueño: un millonario búlgaro
«Yo, Sugar Kowalczyk de Baltimore, en el yate de un millonario. ¡Si mi madre pudiese verme…!», decía Marilyn Monroe en una de sus líneas ... de 'Con faldas y a lo Loco', la cinta de Wilder. El barco estaba fondeado en Florida y, desde tierra, las jóvenes de la orquesta femenina que tocaban junto a la rubia de Hollywood solo podían soñar con subirse. Ayer en Motril, los curiosos que había en la dársena se acercaban con el mismo anhelo al buque que trasladaban hasta el agua los operarios de Marina Motril.
El yate, al igual que el de Osgood en la película, también es y ha pasado por las manos de varios millonarios, entre ellas las del piloto Ralf Schumacher, hermano del legendario Michael. El propietario actual de esta nave no es alemán; es búlgaro y viajará con él este verano por todo el Mediterráneo.
El buque, llamado Poco Loco, de 23 metros de eslora, ha sido recientemente comprado por 1,7 millones de euros a un extranjero que lo tenía atracado en el puerto de Marina del Este. Con sus 98 toneladas de peso, está preparado para hacer travesías largas –es capaz de llegar incluso hasta el Caribe con las 18 toneladas de combustible de su depósito, dos motores y los 10 nudos de velocidad que alcanza–.
El nuevo dueño necesitaba que se hicieran cargo de su reparación antes de emprender su periplo a la Islas Baleares y a Grecia.
Para ponerlo a punto, acudió al equipo de expertos que prestan servicio en la dársena granadina. Un mes y medio de trabajo para cambiar los ejes de las hélices del barco, repasar el motor, pintar la cubierta... Actuaciones en las que han intervenido una veintena de trabajadores y han dejado una cuenta de 50.000 euros.
Nuevo varadero
Con una grúa pórtico (travelift) tres operarios suspendieron el barco y lo acercaron hasta el muelle para que la nave pusiera rumbo a su siguiente destino: Puerto Banús, donde se reformarán y se decorarán las tres plantas habitables del yate. «Lo celebraré con una botella de whisky. Soy un pirata al que no le gusta el ron», bromeaba el capitán búlgaro aún con el destornillador en la mano para seguir apretando piezas en el casco. El marinero , con 40 años de experiencia a sus espaldas en los que ha aprendido a chapotear siete idiomas distintos, todos gracias a los millonarios para los que ha trabajado, dirigirá junto a otro tripulante la nave para que su propietario disfrute de sus vacaciones.
Eduardo, el operario que manejaba los mandos de la grúa, sudó durante 60 minutos para maniobrar el gran buque hasta posarlo sobre el agua. Una vez en el muelle, se comprobaron motores y los estabilizadores de la nave. Seis horas después de que comenzaran los preparativos para mover el barco, el Poco Loco se despedía del puerto. La dársena motrileña ha estrenado este año la maquinaria y la nueva zona de varadero tras una inversión de 650.000 euros, que les permite trasladar barcos y yates dentro y fuera del agua con un peso de hasta 100 toneladas.
Desde marzo hasta ahora se ha arreglado con la grúa 80 barcos, entre ellos parte de la flota pesquera de Motril, que antes tenía que trasponer a Adra para pasar por el mecánico. La empresa que gestiona la marina está cada vez más acostumbrada a ver grandes yates de lujo y a recibir clientes desde todas partes del globo. Ha crecido mucho desde que se hizo cargo de la gestión de la marina en 2012, pasando de facturar 30.000 euros anuales a rondar el millón. Marina Motril tiene capacidad para albergar hasta 280 barcos en sus amarres, la zona del varadero y en las estanterías. Además, cuenta con una escuela náutica, servicio de mantenimiento de buques y un astillero, el único que queda en la ciudad, el del motrileño Antonio Sánchez.
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