La desértica imagen de una playa de Almuñécar antes del boom turístico
Cuatro niños juegan en la orilla en espacio desierto y unos pocos edificios bajos 'vigilando' a sus espaldas
Agosto avanza. El calor aprieta en Granada, sobre todo en el interior, por eso quien puede huye de los más de 40 grados a la ... Costa. Almuñécar, desde hace décadas, es uno de los puntos clave del turismo estival granadino. En este municipio se concentran miles de visitantes llegados del resto de la provincia, de distintos puntos de España y de todo el mundo.
Almuñécar hace mucho tiempo que se convirtió en un enclave básico del turismo de sol y playa. Fue, sobre todo, a partir de la década de los 70 cuando comenzó su gran expansión. El llamado 'boom' turístico. Antes, la fisonomía del pueblo era otra y los visitantes veraniegos no se contaban por tantos miles ni multiplicaba por cuatro cinco su población en los meses de verano.
Esa es la imagen que ha compartido la cuenta de recuerdos de la provincia @granadaoldpics1. «Almuñécar poco antes de «explotar» turísticamente hablando», apunta sobre una imagen que Francisco Ariza, al frente de esta cuenta en X, ubica en la década de los años 60. Cuatro niños encaran las olas con intención de darse un baño en una playa desierta en la que, de fondo, unos pocos edificios bajos asoman. Hoy, la imagen de esta playa es bien distinta. Filas de sombrillas, cientos de bañistas y una larga sucesión de edificios en la loma.
Playa de Almuñécar en una imagen reciente
Playa de Almuñécar en la década de los 60
Un progreso agarrado al turismo
La evolución del municipio sexitano en las últimas décadas es evidente. En Almuñécar se mantiene el torreón de Velilla, ese que vigila la playa del Tesorillo y que mucha gente no sabe que es una propiedad privada. Un lugar de vacaciones privilegiado. Sin embargo, no ha conseguido que a su alrededor proliferen construcciones que lo han ido rodeando. El Tesorillo perdió incluso esa independencia con la que contaba por el mar, separado de Velilla por las rocas. Ahora ya se puede acceder a pie sin necesidad de mojarse un dedo caminando por la orilla.
Pero la gran transformación de Velilla comenzó cuando, en 1975, se abrió la montaña para que esta zona conectara con el resto de Almuñécar sin necesidad de salir a la carretera. Las alrededor de veinte casas de familias como los González de Vega, los Ruiz-Alba, los Gómez-Moreno o los Bueno López, que disfrutaban de la tranquilidad de la zona, se fueron viendo aisladas hasta ser engullidas por los grandes bloques de apartamentos que hoy inundan su paseo marítimo y sus espaldas.
Hacia el otro lado, San Cristóbal y su Peñón tampoco se han librado de los cambios y hoy día es zona de hoteles y restaurantes para dar servicio a los curiosos que se decanten por la costa sexitana.
Muchos fueron los establecimientos hoteleros que nacieron y murieron en aquella época. El paso definitivo se dio en el año 2001 con la instalación del Hotel Meliá (ahora Almuñécar Playa), el Bahía Tropical y el Victoria Playa. Actualmente, entre hoteles, hostales y pensiones, el municipio almuñequero cuenta con 38 establecimientos y alrededor del 70% de su actividad económica está directamente relacionada con el turismo, según datos del Patronato sexitano.
El mejor ejemplo de la evolución de Almuñécar es comprobar el cambio poblacional del municipio. En 1970 había 13.294 personas censadas allí. Según los datos de Instituto Nacional de estadísitica (INE) en 2024 había censadas 27.699 personas. El pueblo ha duplicado sus habitantes en 50 años. Pero, en los meses de verano, esas cifras se disparan. Puede multiplicar su población por cuatro o cinco, hasta llegar a los 133.000 habitantes.
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