La Costa exprime las terrazas hasta la caída del sol

En el chiringuito Calabré, Pili, Maite, Graci y Eli, brindaban y comían tarta para celebrar la ampliación del horario hasta las 21. 30 de la noche. «Habíamos quedado para andar y al final no hemos podido resistirnos», decía Pili.

Exprimieron la terraza hasta el cierre, mientras en la capital las mesas y sillas estaban ya recogidas. En la orilla, varias parejas contemplaban la puesta de sol, mientras los pescadores aprovechaban para lanzar sus cañas al mar. «Se nota que hay ganas de aprovechar el nuevo horario. Hemos recibido muchos clientes hoy y serán más durante el fin de semana. Esperamos llenar todas las mesas», explicaba Pepe Calabré, propietario del chiringuito, que estrena este año reforma y carta.

En el chiringuito Jaime, se servían copas frenéticamente a ritmo de reguetón y los clientes les costaba quedarse pegados a la silla. Las 21.00 horas son las nuevas seis de la mañana.

Refugio para los granadinos

El litoral se ha convertido en el refugio de los granadinos. Costaba encontrar aparcamiento junto al paseo marítimo, mientras en los apartamentos junto a la playa de Puerta del Mar se veían descargar maletas a algunos turismos en doble fila. «Hemos aprovechado que teníamos el fin de semana libre para bajarnos a la playa. Hacía mucho tiempo que no veníamos y como se espera sol y encima los restaurantes están abiertos hasta más tarde pues no nos lo hemos pensado», explicaba Enrique, que visita la Costa junto a Marta, su pareja.

El presidente de los chiringuiteros, Francisco Trujillo, celebraba el alivio de las medidas. El 95% de los chiringuitos ya han comenzado a prestar servicio después de un invierno a dos velas. «Casi la totalidad de los establecimientos han abierto de nuevo sus puertas. Este fin de semana hemos recibido un aluvión de reservas y esperamos llenar las terrazas», apuntaba. «Siempre y cuando no se produzcan contagios podremos seguir con la actividad, así que reclamamos mucha responsabilidad a todos. Esperamos una buena Semana Santa en el que el turismo residencial anime todo el litoral», aseguró.

Sin embargo, serán pocos los establecimientos que servirán cenas, pero Trujillo destaca que se «alargarán las sobremesas». «Deseamos sacar a más trabajadores del ERTE y reforzar las plantillas, pero de momento a la mayoría de los establecimientos no nos compensa servir cenas. No vamos a cambiar años de costumbre española y tengo mis dudas de que los granadinos nos sentemos a cenar a las 20.00 horas. Quien sabe. Quizás nos sorprenden», dijo el máximo representante de los chiringuiteros. Para Semana Santa, los establecimientos prevén contratar a cerca de 400 empleados de refuerzo, frente a los 600 que suele haber en épocas normales.

Pero la relajación de las medida no satisface a todos los hosteleros. Juan García, presidente de los hosteleros, pide que se relajen más las medidas y se amplíe el toque de queda. «Los fines de semana se puede trabajar con los visitantes, pero entre semana estamos prácticamente de brazos cruzados. Tiene sus luces y sombras. Nos plantearemos abrir para las cenas cuando se amplíe el toque de queda hasta 23 horas, es necesario. Si se pueden servir cenas, se podrá sacar a gente del ERTE. No veo un mes de mayo con estas condiciones tan duras y menos con el tiempo tan bueno que está haciendo ya. Los comercios ven con buenos ojos que la Junta haya abierto la mano. En Motril, la presidenta de los comerciantes, María Arráez, destacaba que espera que la ampliación resucite el comercio tras un año critico. A las 21. 30 horas, los hosteleros comenzaban a apilar las sillas y despejar las calles. A los comensales les costaba levantar el vuelo. Poco antes de las 22.00 horas grupos de jóvenes marchaban en Motril rápidamente a casa antes de que les pillara el toque de queda.