Un chef de La Herradura en las cocinas de la guerra: «Los refugiados tienen que sentir un trato de restaurante»
El cocinero granadino Albert Iniesta ha formado parte del batallón de voluntarios que prepara 16.000 menús diarios para los refugiados en las cocinas de la ONG World Central Kitchen, del famoso chef José Andrés
Es emprendedor y cocinero vocacional, tiene 37 años y se llama Albert Iniesta Garciolo. El primer apellido despista pero el segundo no deja duda de ... sus orígenes herradureños. En la playa de su pueblo, La Herradura, en la Costa Tropical, Albert regenta el restaurante 'Pura vida', especializado en arroces de estilo alicantino y en brasas. Unos platos muy distintos a los estofados y miles de sandwiches que ha tenido que preparar en los últimos diez días en los que ha estado trabajando, como colaborador de la ONG del famoso chef José Andrés, en las cocinas que dan de comer a los refugiados que huyen de la guerra de Ucrania.
La ONG World Central Kitchen, que preside José Andrés, está preparando menús para 16.000 personas diarias, tanto refugiados de la guerra de Ucrania como voluntarios en unas grandes instalaciones industriales ubicadas en la ciudad de Przemysl -«aquí todos los nombres con como la clave del wifi»- en la frontera de Ucrania con Polonia.
El granadino ha formado parte durante diez días del equipo de 35 cocineros de todo el mundo, que va rotando para dar de comer a familias de refugiados ucranianos, mayoritariamente madres con sus hijos, a voluntarios e incluso rusos que han desertado del ejército. La experiencia de ver los efectos de la guerra en directo ha sido para el granadino «un bofetón de realidad».
«Estos días me han aportado mucho, personal y profesionalmente. Nunca había dado de comer a 16.000 personas ni había estado integrado en un equipo tan grande. El ambiente ha sido muy bonito. Impresiona ver allí trabajar de manera altruista a gente que está muy bien situada en la vida. Había personajes importantes porque en Estados Unidos José Andrés es una institución. Chef internacionales, un señor que tiene su propio canal en la televisión, un ingeniero de la NASA, una productora de Hollywood, una diseñadora famosa de México... Allí hemos estado todos cocinando y ayudando. Es muy emocionante ver cómo nos iguala a todos la misma causa y ese sentimiento de que estábamos cuidando a personas», reflexiona el chef herradureño.
Aportar riqueza
Entre los menús que más han preparado están los estofados y guisos, pero sobre todo sandwiches. «Trabajábamos en una cadena de producción, uno ponía el pan, otro el queso, otro pollo, salsa americana... otros envolvían en papel de estraza. Cadía se hacían más de seis mil sandwiches para los refugiados que salían en autobuses a otros puntos de Europa», explica el cocinero que ha trabajado duro durante estos diez días.
«Eran servicios de los de dolerte la espalda, acabábamos agotados todos los días, a un voluntario no le puedes exigir como a un profesional, pero estaba todo bien organizado», apunta.
Albert cuenta además que la filosofía de la ONG del chef José Andrés, «que tiene una calidad humana increíble», es aportar riqueza al territorio y no crear un conflicto con los restaurantes locales, por lo que se trabaja de forma coordinada con estos empresarios locales para dar de comer a los refugiados.
«La guerra es una tragedia de dimensiones indescriptibles, la único único que me reconforta es haber comprobado que hay mucha gente trabajando para cuidar a los refugiados, para paliar su sufrimiento. En nuestras cocinas la máxima era tratarles con dignidad, que no se sientan como personas pobres que están pidiendo comida sino darles un trato como a nuestros clientes en un restaurante porque eso son, personas como tú y como yo, bien vestidas y con un Iphone 10 que han tenido que dejar su país por una invasión», subraya Albert. Por eso no solo preparaban ayuda de emergencia, sino menús , chucherías, juguetes o postres especiales para los pequeños.
«Me gustaría recalcar que no soy ningún héroe, todo el mundo con experiencia o no puede ayudar», concluye el cocinero herradureño.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión