La carretera de 10 kilómetros entre Sorvilán y Los Yesos que lleva 20 años en obras
Los vecinos tardan 50 minutos en llegar al pueblo con un rodeo cuando destinarían 15 si estuviera arreglada
Algunas carreteras son infinitas y otras interminables. Y en el litoral hay de los dos tipos. Si a Granada le cuesta conseguir lo que quiere, ... la Costa tarda siempre un poco más. Las canalizaciones de Rules, los espigones, el tren… y una lista, probablemente larga, de agravios que llena de rabia el cuerpo del que tiene más temple. La A-44 que llega hasta el litoral se demoró 30 años, pero hay otra calzada, con muchos menos kilómetros, que compite por desbancar en dilaciones a la autovía.
La carretera que debería unir Sorvilán y su pedanía de Los Yesos lleva dos décadas esperando el fin de las obras. El asunto tiene guasa para todos menos para los vecinos, que hacen un viaje de 50 minutos para llegar al pueblo en un trayecto en el que tardarían solo 15 si las administraciones fueran rápidas.
Delirante, absurdo, ilógico, disparatado, demencial… la lista de adjetivos que se le vienen a uno, con el traqueteo de la furgoneta de fondo, al subir el tramo asfaltado y acabado de la calzada es tan infinita como las obras. Pero sobre todo lo que se espera es que sea sonrojante para quien sea el responsable. Los vecinos de Sorvilán-Los Yesos quieren pisar asfalto y llegar desde el pueblo hasta la pedanía sin dar más rodeos con el coche.
Son testigos de cómo la GR-6203 avanza muy lentamente, con parsimonia. La falta de esta infraestructura les penaliza. No llegan inversores ni nuevas familias que quieran quedarse. Ya no dan ni para lo básico. La pedanía se vacía. A los yeseros les es más fácil enterrarse en el municipio de al lado que recibir sepultura en su propio pueblo.
Es triste, hierve la sangre. Hay sentimiento de abandono, impotencia y hastío. Y con razón. Hace al menos 20 años comenzaron las obras para unir el pueblo con la carretera de la Costa. El asfaltado se ha hecho por tramos y ha sufrido numerosas paralizaciones. En 2014, la Diputación, tras 10 años en los que se dejó el camino olvidado, se comprometió a acabar los tres últimos kilómetros que quedaban de los 10 que suma en total la calzada. Y la promesa sigue por cumplirse.
En 2019 las obras se retomaron por fin, para alegría de todos los vecinos. El 23 de agosto de 2021 iba a ser el día grande en el que se darían por concluidas las actuaciones. La finalización de la carretera permitiría que los de Sorvilán pudieran ver reducido a la mitad de tiempo del trayecto que han de hacer para llegar, por ejemplo, al hospital de Motril, facilitando de este modo un acceso rápido a servicios de primera necesidad. También haría que los residentes de Los Yesos invirtieran una tercera parte de tiempo, que es oro, para ir al pueblo o que los agricultores llegasen a sus fincas sin riesgo. Nada. En 2021 no pasó nada. Se avanzó un poco más y se echó tierra en lo alto del camino para que a nadie se le ocurriera subir la pendiente, previniendo el peligro. Siguen los rodeos por Albuñol para poder llegar. El cartel de carretera cortada por obras ya no se tiene ni en pie solo.
La Diputación Provincial de Granada tramita el procedimiento para la resolución del contrato por «incumplimiento flagrante» de la empresa a la que se le adjudicaron los trabajos.
Incumplimiento flagrante
«La empresa abandonó la obra y al llegar el plazo de finalización no había ejecutado los trabajos previstos en el proyecto, después de aceptar una modificación, necesaria por la orografía del terreno, que supuso un encarecimiento de más de 400.000 euros respecto al presupuesto de licitación», explican. La resolución del contrato requiere una serie de trámites, que incluyen el informe previo y preceptivo del Consejo Consultivo. El expediente está ahora en esa fase, pendiente de la resolución del Consultivo. Una vez que este órgano emita su dictamen, la Diputación podrá proceder a resolver el contrato y a adjudicar nuevamente las obras. Tras la modificación, el coste de la obra supera los 1,7 millones.
Es decir, que la espera se alargará más porque hasta que no se resuelva este inconveniente no habrá forma de conocer cuándo acabarán las obras. Habrá que tramitar su adjudicación nuevamente.
Los vecinos ya no piden siquiera que se diriman responsabilidades. Quieren que se les adecente el camino para poder usarlo duren lo que duren las obras. «Llevamos veintitantos años esperando para unir el interior con la costa. Una empresa entró y tuvo que dejarlo, luego entró otra y lo mismo; ya está parada otra vez. Desde que la segunda empresa se fue se quedó esto completamente cortado y lo que pedimos es que se termine o que nos den paso provisional. Somos un municipio y no subimos para arriba ya. Estamos incomunicados», lamenta Manuel Fernández Santandreu, vecino, agricultor y concejal del PP en el Ayuntamiento.
«Ante este abandono los vecinos estamos un poco cabreados. No hay comunicación y gracias a que el ayuntamiento nos baja cualquier documentación o papel que necesitamos. La carrera a Albuñol es larga, con muchas curvas, y se tarda 50 minutos», denuncia, acompañado por Paco Viñol, también concejal, y Rafael García, vecino.
«No queremos que nuestro pueblo se quede vacío y con estas comunicaciones no ayudan. No es de recibo que estemos en esta situación. Así la gente no se queda en Sorvilán. Falta voluntad. Estamos olvidados», sentencia García.
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