El 'cantaor' alegre de Torrenueva Costa llega cargado de tortas de chocolate
Alberto López recorre las playas mientras interpreta los grandes 'hits' del momento para vender su producto estrella entre los veraneantes que llegan a la Costa
A las tres de la tarde, cuando el sol pega más fuerte, las piedras de la playa de Torrenueva Costa parecen arder bajo los pies ... descalzos de los bañistas. Algunos buscan atajos para cruzar la arena que arde: caminan de un salto de sombrilla a sombrilla, otros, simplemente, extienden los pies sobre las toallas.
Familias enteras comen bocadillos mientras los niños chapotean en el agua clara y alguno que otro ya se prepara para echarse la siesta. En ese momento siempre aparece «el tortero de moda»: Alberto López, un hombre inconfundible que avanza entre hamacas, sombrillas y neveras portátiles, sosteniendo en sus brazos una enorme caja de plástico de color gris.
Nada más poner el primer pie en la arena, abre la boca y deja escapar su voz potente que se despliega como una manta por toda la playa. «¡Ha llegado Alberto con tu merienda! ¡Tortas de chocolate!», grita, alzando la voz para hacerse hueco entre el rugido del mar y el murmullo de las conversaciones. Los sombreros se giran, los padres apartan la vista de los móviles y los niños siguen el ritmo con aplausos.
Cada año incorpora nuevos temas a su repertorio con los 'hits' del momento. Ahora se encuentra adaptando la canción de Melody 'Una diva'
Nadie en la Costa se sorprende ya de su presencia. Alberto lleva más de quince años recorriendo las playas de Torrenueva Costa y Motril, una aventura que comenzó casi por casualidad después de que otro vendedor ambulante le dijese que servía para el oficio. Aquel hombre le observó un día, y le advirtió: «Tú tienes madera para la venta». «Conectas con la gente», añadió, adivinando en Alberto un talento para ganarse el cariño de la gente. No se equivocó. Desde entonces, ha recorrido incansablemente las playas vendiendo las populares tortas elaboradas en Alfacar por el obrador de Diego Fernández.
«Siempre empiezo desde la iglesia. Rezo un poco y salgo bendecido», afirma. Durante unas cinco horas diarias, de lunes a domingo, camina sin descanso entre sombrillas, canta, saluda, bromea y ofrece sus tortas con una energía que llama la atención tanto de turistas como a los vecinos que lo conocen de toda la vida.
Su caja, según dice, pesa como una bombona y media de butano, pero ni el calor ni el peso lo frenan. «Estoy fuerte, tengo resistencia», asegura.
Durante su recorrido interpreta canciones adaptadas a su estilo, algunas con bases de reguetón, otras con aires flamencos. Lleva compuestas más de quince, todas creadas con una única intención: hacer sonreír y vender.
Según cuenta, cada año incorpora nuevos temas a su repertorio con los 'hits' del momento. Ahora se encuentra adaptando la canción de Melody 'Una diva' con la que representó a España durante el festival de Eurovisión.
Mientras avanza por la playa canta: «¡En la disco y en la playa hace calor, yo quiero esa torta de ese maquinón!», versionando a su manera la canción de Kaleb Di Masi 'Hace calor'.
Otro de sus temas estrella es una canción del programa de entretenimiento 'La Que Se Avecina': ¡Dime que te gusta, dime nena, te voy a vender la torta aquí en la arena, me da igual si eres rubia o morena, yo tengo las tortas de las buenas!
Los veraneantes lo graban, comparten vídeos en TikTok, Instagram y YouTube, su figura se ha hecho conocida más allá de la provincia
Y a los que les gusta el flamenquito también estan de suerte, pues Alberto se esfuerza en alegrar con su música a todas las personas independientemente de su gusto musical: ¡Mami comprame una torta, compramela ya!
Esta escena tan poco común no ga tardado mucho en convertirse en viral. Los veraneantes lo graban, comparten vídeos en TikTok, Instagram y YouTube, su figura se ha hecho conocida más allá de la provincia. «Los seguidores me suben solos. De ayer a hoy gané más de cien», cuenta. «La gente es muy amable conmigo, me paran mucho, me invitan a beber, a comer. Me cuidan, me atienden. Es algo que me llena mucho».
El top 1
Las tortas que vende, con un relleno de Nutella, son elaboradas en la localidad de Alfacar y son las favoritas de los turistas y vecinos del litoral. Aunque prefiere no revelar cuántas unidades vende al día, asegura que «son muchas». «Yo soy el que más vende, el top 1», dice sin titubear. Aunque admite que, aunque en algunas ocasiones puede sobrarle alguna torta, lo habitual es que vuelva a casa con la caja vacía.
Alberto hace diariamente un esfuerzo físico titánico. Cargar con la caja, caminar con ella por tramos de arena blanda, soportar el calor seco durante toda la tarde, superar las zonas de conchillas y las pasarelas de madera… Son pruebas «duras» para cualquier cuerpo. «Estoy fuerte, tengo resistencia», repite Alberto con orgullo, frotándose la frente para apartar el sudor.
Entre los veraneantes, las opiniones son unánimes. «Las tortas están buenísimas, pero lo mejor es la alegría que transmite. Nos anima a todos, hasta a los niños», comenta Marta Rodríguez. Otro turista, Paco, añade: «No es solo un vendedor, es parte del verano. Si no lo ves pasar, parece que falta algo en la playa».
Para muchos, su presencia ya es parte del paisaje cuando van a la playa. Un trabajador constante, que ha sabido convertir un oficio tradicional en un fenómeno viral con su simpatía.
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