El 'Brexit' dispara los empadronamientos en Almuñécar

El municipio sexitano vive ya la era post- brexit sin conocer del todo los efectos de este adiós que se ha prolongado tres años. Almuñécar es con diferencia la localidad de Granada en el que más británicos habitan. En el último trimestre de 2019 el padrón municipal contabilizaba 1.022 anglosajones, sin contar todos aquellos que viven en la zona, pero que aún no se han decidió a empadronarse. Tres meses después, a fecha de ayer, el censo municipal registra en total 1. 661 vecinos de nacionalidad inglesa. Los británicos suponen ya casi el 20% de la población sexitana, que alcanza los 30. 170 vecinos. El litoral es una pequeña colonia inglesa. El abrigo del sol y la playa ha hecho que prefieran este destino frente a la capital en la que residen en total 306 británicos.

Aunque la medianoche del 31 de enero, fecha en la que se hizo efectivo el Brexit, no implicará cambios drásticos para los ciudadanos que se encuentra fuera del país, fueron muchos los que por miedo se acercaron al padrón municipal a cambiar su lugar de residencia. «Hemos recibido a un montón de extranjeros que se han empadronado para evitar problemas en el futuro. También han venido a hacer muchas consultas», explican. «La mayoría de los ingleses que se preocupan por los efectos del Brexit son matrimonios jóvenes con hijos», manifiestan los técnicos.

El Ayuntamiento de Almuñécar, que se alegra con la llegada de nuevos vecinos, señala que a partir de ahora los residentes ingleses deberán confirmar cada dos años que siguen residiendo en el municipio. Al igual que el resto de los residentes con nacionalidades pertenecientes a la Unión Europea, antes los británicos debían confirmar su residencia cada 5 años.

Las negociaciones y los tira y afloja entre Bruselas y el parlamento británico han dado un año de margen a los residentes extranjeros para regularizar su situación. Antes de diciembre, los británicos que no tienen certificado de residencia podrán inscribirse en la comisaría de policía o solicitar el empadronamiento, entre otras gestiones como pedir la permuta del permiso de circulación.

Aumento en los presupuestos

La concejala de participación ciudadana, Beatriz González Orce, explica que en los meses previos al Brexit se ha facilitado información a los vecinos e incluso se celebró un encuentro con toda la comunidad inglesa del municipio para tranquilizarles sobre el proceso. «Les explicamos cómo se podían empadronar para que conocieran sus derechos como vecinos y le facilitamos información sobre otros trámites municipales o sobre cómo podían pedir asistencia médica», destaca.

El aumento de personas empadronadas en el municipio beneficia a las arcas municipales. Cuanto más vecinos tenga una localidad censada más participación recibe de los impuestos estatales. Según los datos del Ministerio de Hacienda, en 2019 Almuñécar recibió de su participación en los tributos del Estado 5.894.287,14 euros, que el Ayuntamiento pudo destinar a cubrir los gastos de los servicios públicos. El Brexit no quita el sueño a los ingleses que ya viven en Almuñécar. Rita Roe es uno de los muchos británicos afincados en Almuñécar. Lleva con residencia fija en el municipio desde hace dos décadas. A sus 95 años de edad es «demasiado mayor para preocuparse por el Brexit o por cualquier cosa». Su única inquietud es que las pensiones no se desplomen y le obliguen a volver a Reino Unido, como le ha pasado a algunos paisanos.

Con las tres retribuciones que recibe considera que no tendrá ningún problema. No le queda familia en Inglaterra todos los amigos que tienen están en Almuñécar. Rita conoció el municipio en una revista. Vino con su marido y se enamoró. Se quedó viuda de su último esposo –ha tenido tres– hace varios años. Solían pasar el verano en el hotel Helios hasta que decidieron no tener que despedirse de la Costa. «Me gusta el sol. En Inglaterra no tengo familia y siempre llueve», dice. Por las tardes se entretiene bailando en el hotel y los lunes a veces juega al bridge con otros paisanos.

Sin embargo, la preocupación por el Brexit se instala en el mercado inmobiliario. La mayor parte del turismo británico es residencial, mientras que los establecimientos hoteleros tienen su colchón de nórdicos y de visitantes nacionales, según mantiene la asociación de hoteleros. El Ayuntamiento mantiene que el Brexit podría frenar la llegada de nuevos visitantes. Los que ya residen o pasan largas temporadas en el municipio no se van a marchar. Los fieles como Gilda están dispuestos a volver. La inglesa, de 84 años de edad pasa dos meses al año en el municipio. La mujer mantiene que la salida de Reino Unido no va a cambiar sus planes. «Mi hija y yo votamos permanecer en la Unión Europea, es una lástima lo que ha pasado, pero la vida sigue y no va a frenar mis vacaciones».