Atrapados en la nueva red
Los armadores del litoral se ven obligados a cambiar los hábitos de pesca para adaptarse a una situación cada vez más «insostenible»
La flota de arrastre de Motril atraviesa uno de sus peores momentos. Los 12 barcos que trabajan en el puerto granadino denuncian una pérdida de ... hasta el 40% en las capturas de gamba y quisquilla desde que, el pasado 1 de junio, implantaron la nueva malla de 45 milímetros impuesta por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), para cumplir con las exigencias de Bruselas para la recuperación del ecosistema marino del Mediterráneo.
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La medida, que forma parte del plan plurianual de sostenibilidad acordado en 2020 por la Unión Europea, pretende reducir el impacto ambiental del arrastre y favorecer la regeneración de los caladeros. Sin embargo, los pescadores del litoral granadino denuncian que el sacrificio recae siempre sobre los mismos: un sector que ha perdido ya un 40% de sus días de trabajo en apenas cinco años, con un impacto sobre todas las familias que viven del mar.
El acuerdo de Bruselas mantenía los 130 días anuales de pesca actuales si adoptaban las nuevas redes. Desde hace cinco años, el sector ha sufrido recortes en el esfuerzo pesquero, con una reducción acumulada del 40% en los días de pesca.
«Estamos perdiendo el 40% de la gamba pequeña. Esto es un desastre», explica Juan José Blanco, patrón del pesquero 'Los Zorricos'. «La malla del 45 nos la han impuesto sin darnos días de pesca a cambio. ¿Cómo se sostiene una empresa que solo puede trabajar seis o siete meses al año, y encima pesca menos?», se pregunta.
La modificación en las redes busca dejar escapar ejemplares más jóvenes, para permitir que se reproduzcan y crezcan, pero según los armadores motrileños, esta medida está dejando fuera del mercado una parte esencial del producto que capturan: quisquillas y gambas pequeñas, precisamente las especies más demandadas de la zona.
«Nosotros no cogemos peces grandes, aquí el 80% de los barcos vivimos de especies pequeñas», explica Blanco. «Con estas normas nos están empujando al cierre», añade.
Desde el cambio obligatorio a la nueva malla a principios de mes, ya han notado cómo el volumen de captura diaria ha caído entre un 40%. «Y lo más grave», añade, «es que nos dicen que este año podemos pescar los mismos días que el anterior, pero con menos capturas. Si me obligas a reducir mi rendimiento».
Otras especies
Ante esta situación, Ignacio López, patrón mayor de las cofradía de pescadores de Motril destaca que al pescar menos los ingresos bajan. «Estamos intentando adaptarnos poco a poco cambiando los hábitos de pesca y capturando otras especies en profundidades mayores». Según señala, se sigue pescando gamba y quisquilla pero también están empezando a capturar pulpos, pescadillas y rape que son especies que entran en la malla.
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