Un año sin rastro de Paco, desaparecido en Almuñécar
El juzgado declara el caso como complejo con el fin de ampliar el plazo de investigación otros seis meses y que no prescriba
Han hecho lo imposible para encontrar a su padre. Francisco Pérez Bedmar desapareció el 22 de marzo de 2024 a los 87 años de edad. ... Salió a pasear por Almuñécar sin el móvil en plena Semana Santa por el paseo marítimo y nada más se ha sabido de él. Su familia lo ha buscado en el vertedero, con un dron submarino bajo el agua, ha recorrido la playa con detectores de metales y, junto la Guardia Civil, peinó más de 50 hectáreas en vano. La familia ha hecho batidas por los platós de televisión y la fotografía de Paco ha dado la vuelta a España a través de redes sociales. Ni rastro de Paco, un hombre independiente, carismático y alegre que echaba sus mejores ratos los sábados en la pista de baile del Hotel Helios.
De acuerdo con fuentes judiciales, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Almuñécar ha declarado compleja la desaparición recientemente con el fin de poder ampliar el plazo de investigación por otros seis meses. Es un paso obligado al año de abrirse la causa con el fin de que no prescriba. El asunto sigue su tramitación y está pendiente de la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil.
«Nuestra forma de enfrentarnos a esto es hacer todo lo posible por encontrarle, aunque sea con nuestros medios»
Los hijos de Francisco, Sergio y Paco, creen que su desaparición fue forzosa y piden a los investigadores que hagan lo imposible para esclarecer los hechos. «Lo único que nos da esperanza es que se ha prorrogado la fase de instrucción y eso es que consideran que es lo que se debe hacer, algún motivo habrá. La desaparición voluntaria está descartada, por lo menos para su familia», explica Paco, de 57 años e hijo menor del desaparecido. «Lo que nos importa es que no se para de investigar», insiste.
Fue captado por última vez en las cámaras de un hotel de la zona. Vestía gorra gris, sudadera azul marino, vaqueros y zapatillas deportivas. «No entendemos que en un tramo de 200 metros que da salida hacia tres carreteras no se pidieran las cámaras a tiempo. Mi padre no se iba a meter en la playa a las 20.00 horas de la noche con mal tiempo», considera.
Francisco, original de Maracena, residía desde la muerte de su mujer, hace más de una década, en Almuñécar. Era muy independiente. No le gustaba que sus familiares estuvieran encima, por lo que se turnaban para hablar con él y dar parte al resto de miembros. Su familia habló con él el viernes, pero el sábado no dio señales de vida. Preocupados, poco después solicitaron a un conocido del litoral que se acercara al piso. Paco no regresó de su paseo, tampoco se presentó en la comida que tenía señalada con una amiga y ni siquiera fue a las sesiones de baile donde conoció a otros dos amores que le acompañaron en una etapa de su vida.
Paco era feliz con sus rutinas. Nació un 20 de julio de 1936. Su padre, agricultor en Maracena, le pedía sus manos para labrar la tierra y el hombre podía dedicarse a formarse los días de lluvia. Aprendió a leer y a escribir y dedicaba sus jornadas a transcribir libros de historia, otra de sus pasiones, para mejorar su gramática.
Estuvo preso durante la dictadura por difundir octavillas del Partido Comunista Español. Se ganó la vida de carpintero y ya en democracia fue concejal de su pueblo por el PSOE. Pese a todos los reveses que le ha dado la vida, entre ellos la pérdida de su mujer y una segunda pareja que le acompañó en un momento vital, Paco exprimía al máximo su vida. Querido en Almuñécar y Maracena. Los suyos esperan encontrar alguna pista que disipe la angustia.
«Te planteas todo lo que podrías haber hecho diferente y escenarios distintos en los que crees que un mínimo cambio habría dado resultado. Es inevitable sentirse culpable cuando estas cosas suceden, lidiamos con ello. Pero en vez de quedarnos quietos nos hemos movilizado para que el caso de mi padre no se olvide. Es nuestra forma de enfrentarnos a esto», cuenta Paco, de 57 años e hijo menor del desaparecido. «Me despierto ansioso de madrugada pensando en él. Son muchos esfuerzos también para intentar seguir con nuestra vida, por el bien de sus nietos, pero esto es una ausencia enorme. Es mi padre y es un dolor inimaginable para quien no ha pasado por esto y no saber qué ha sido de él. No podemos hacer el duelo, encontrarle es lo único que queremos», sentencia.
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