Albuñol confía en deshacerse «por fin» de la bandera negra

El año pasado, la playa de El Pozuelo le concedió una de sus banderas por la falta la limpieza de la zona, incluida la capa de tierra más superficial, que está contaminada con restos de fitosanitarios. La alcaldesa, María José Sánchez, espera que sea la última vez. Las máquinas llegarán en mayo a su playa para descontaminar y devolver a su estado natural la playa. A partir de ahora, Albuñol quiere que sus playas tengan otros sellos y trabajará para poder conseguir la Q de calidad e incluso una bandera azul y unirse a los aspirantes de este año.

Sin embargo, para las pequeñas localidades es prohibitivo optar a estos reconocimientos. Ni Lújar, Polopos,Sorvilán o Rubite se han presentado. Y mucho tendrían que cambiar los requisitos para que pudieran hacerlo.

«No hemos solicitado ninguna distinción. No nos metemos en camisa de once varas. Los costes que eso conlleva hay que sufragarlos y nos cuesta mantener la playa de forma regular con nuestros presupuestos», lamenta Mariano González, alcalde de Lújar. En la misma línea, Matías Gonzalez Braos, alcalde de Polopos- La Mamola critica que con su presupuesto de 1,7 millones de euros tiene que priorizar otras cuestiones de más interés para sus vecinos. «El Ayuntamiento invierte hasta 70.000 euros de forma anual en las playas, pero al final solicitan socorrismo y otros servicios que no nos podemos permitir. Son muy exigentes», manifiesta. En Sorvilán no colgarán una bandera azul, pero Pilar Sánchez, alcaldesa, está tan contenta como si lo hiciera.El ayuntamiento ha logrado finalizar un tramo del paseo marítimo, gracias a la intervención de Costas, y ha arreglado con subvenciones de la Junta otros tramos de playa para el verano.