Agresión brutal a un portero en el Corpus: «Aparté a uno y todos se me echaron encima»

Los acusados, algunos miembros del mismo clan familiar, negaron los hechos y se han declarado no culpables, aunque han admitido que estuvieron aquella noche en la caseta y se produjo una trifulca entre ellos. Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, la víctima realizaba su labor de vigilante en esta caseta del ferial de Almanjáyar cuando se dispuso a mediar en una discusión que iniciaron dos de los procesados, que son tío y sobrino. Junto a otros dos y a un menor que no está acusado, se habrían unido en un ataque contra el vigilante, al que presuntamente propinaron «toda suerte de brutales patadas y puñetazos», además de asestarle varias puñaladas con un arma blanca en distintas partes del cuerpo. Los acusados aprovecharon la confusión para abandonar el lugar a toda prisa, mientras el portero sufría una parada cardiorespiratoria.

El hombre, que tiene una incapacidad permanente, estuvo tres días en la UCI, requirió una intervención quirúrgica y más de 160 días de tratamiento médico por las lesiones que sufrió. Aún así, ha perdido casi la totalidad de la movilidad en una mano, según expuso su abogado, Ernesto Osuna.

La víctima relató que sobre las 5.00 horas de la madrugada intervino en una pelea en el palco, separó a uno de los participantes, al que describe como un hombre de baja estatura, y el resto de los implicados comenzaron a agredirle. «Cogí a uno en el aire, el más pequeño, lo eché para atrás y los demás se me echaron encima», arrancó a hablar ante la sala. «Saqué la porra y me defendí lo que pude», añadió. La víctima insistió en que no vio a quien le apuñaló, por lo que la fiscalía le preguntó si ha sido coaccionado antes de entrar en el juicio.

Uno de sus compañeros de seguridad aquella noche declaró en calidad de testigo protegido. El hombre manifestó que aquella noche se produjo un altercado anterior a los hechos que se están juzgando en la Audiencia. Aunque no ha podido reconocer a los acusados como los agresores del vigilante, contó que tuvieron que apaciguarle los ánimos al 'jefe' de los implicados tras expulsarlo puntualmente del recinto.

Los porteros intentaron convencer al sujeto de que no agrediera al vigilante que lo había echado de la zona de palcos y finalmente consiguió cuando saltó dentro de ese área VIP. «Me acerqué a ver cómo estaba mi compañero porque pensaba que solo le habían dado una paliza y se desplomó. Estaba sangrando y si no fuera por dos enfermeros que le hicieron un torniquete habría muerto. Tuvieron que reanimarlo. Fue todo muy rápido y había mucha gente», remachó.

Una de las acusadas, que compareció de forma telemática desde fuera de España, se ha acogido a su derecho a no declarar. En la primera sesión del juicio, testificó también un agente de Policía que prestaba servicio en el recinto ferial y, junto a su unidad, practicó la primera asistencia.

«La víctima estaba tendida en el suelo cuando llegamos, inconsciente. Los testigos nos contaron lo que había pasado, había mediado en una pelea y le agredieron. Se desplomó en el exterior de la discoteca», afirmó. El agente señaló que evacuaron la caseta y en el exterior encontraron un arma blanca. De la investigación se hizo cargo la brigada de homicidios.

La Audiencia Provincial acoge este viernes la segunda sesión prevista.