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Antonio Gálvez, junto a su histórico hotel Ibérico, apoyado en la mediana de la N-340 por la que es raro ya ver circular vehículos.

Los que resisten a la autovía

Negocios de la histórica N-340 tratan de sobrevivir en una carretera que se ha quedado desértica

Laura Ubago

Domingo, 18 de octubre 2015, 02:20

El mismo 7 de octubre que Mariano Rajoy 'cortó' la cinta inaugural de la A-7 en su tramo Carchuna-Castell, el último que quedaba ... después de 25 años de tramitación y obras, la Nacional 340, que recorre la Costa granadina, se convirtió en un desierto. Desaparecieron los camiones y los miles de conductores que usaban la vía para conectar el litoral malagueño con el almeriense. Mientras que unos celebran la llegada del progreso, otros, también lo celebran pero con media sonrisa. Son los propietarios y trabajadores de los negocios de la antigua carretera que tratarán de resistir y reinventarse con las cajas registradoras a medio gas.

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