Un pueblo de costa que quiere playa
Vecinos y veraneantes de Los Yesos pelean por espigones y arena en sus dos calas
LAURA UBAGO
Lunes, 10 de agosto 2015, 01:07
La playa de Los Yesos (anejo de Sorvilán) es la gran desconocida de la Costa Tropical. Se trata de dos pequeñas calitas con ambiente familiar. ... Allí todos se conocen por su nombre y saben de qué color tiene las rayas la sombrilla del vecino. En el anejo viven unas 150 personas, que se dedican a la agricultura bajo plástico, a las que se le suman un buen puñado de veraneantes que pueblan dos bloques y triplican la población en dos días de verano.
En este anejo en el que sólo hay un restaurante están todos unidos. De hecho, han creado una plataforma -de vecinos y forasteros- para pelear por la playa, ese pequeño oasis que quieren conservar para poder dedicarse al turismo y no jugárselo todo a la carta de los invernaderos.
La playa de Los Yesos, formada por dos pequeñas calas, está en peligro de extinción. Si a los municipios grandes les cuesta presionar a la administración para que les prepare las costas para el verano, a este pequeño anejo le es casi imposible alzar la voz y reivindicar arena para poder clavar la sombrilla.
Los miembros de la plataforma no piensan rendirse y, apoyados por el Ayuntamiento de Sorvilán, ya tuvieron un encuentro con la Dirección Provincial de Costas en el que les hicieron «muchas promesas» que, dicen, se han quedado en eso: promesas.
Pilar García, representante de la asociación de vecinos de Los Yesos, conserva como oro en paño un enlace de la página web del ministerio de Medio Ambiente que dice que 20.000 euros irán a parar a este anejo de Sorvilán para realizar un aporte de arena de 5.000 metros cúbicos. «Ese dinero no se ha invertido, ni siquiera en un metro cúbico de arena o sea, absolutamente nada. Simplemente le han dado un lavado de cara, emparejando con un tractor en dos horas por la mañana en la cala de la ermita», expone Pilar García que explica que, cuando hay poniente, la playa desaparece por completo (tiene unas fotos que lo atestiguan) y que el verano pasado tuvieron que ir todos los días a La Mamola porque ellos se quedaron sin costa.
«Somos los olvidados de los olvidados y nuestro pueblo se merece una playa para los vecinos y para poder vivir también del turismo», dice esta representante vecinal que señala que son un pequeño municipio, «ahogado en impuestos como los demás, abandonado de toda la vida, por donde pasan de largo sin más».
García cuenta que lo que necesitan las calas y que «ya estaba apalabrado» por Costas es la construcción de dos pequeños espigones sumergidos, con poco impacto, que retengan la arena y un aporte inicial para ir tirando. «Hace años echaron arena pero era la de las obras de la autovía que seguro no sabían qué hacer con ella», protesta esta vecina en nombre de los demás.
Poste de la luz
En una de las calas existe, además, un peligro que no entienden por qué nadie retira. «Hay un poste de la luz que, con los temporales, se queda completamente al descubierto, que se pasa mucho tiempo mojado y que supone un riesgo para los que hacemos uso de la playa, especialmente los niños», subraya Pilar García.
Los vecinos de Los Yesos se sienten «engañados» y «decepcionados» y esperan que Costas atienda sus peticiones para poder tener una playa como el resto de municipios del litoral granadino.
Por ahora, saben que son un pueblo de costa pero sin playa y no quieren que se extinga la zona donde autóctonos y forasteros pasan cada tarde a pie de mar, conviven y disfrutan, después de una dura jornada en el invernadero.
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