Un largo viaje en busca de libertad

Al joven abogado motrileño Gaspar Esteva le cayó, en 2008, el caso de un almeriense detenido en Ecuador y, coordinándose con letrados del país sudamericano, consiguieron que volviera a España y liquidase su deuda con la justicia de aquel país. Había caído con la droga en la maleta como los 85 presos españoles que cumplen actualmente condena en Ecuador por delitos de narcotráfico.

Esteva comenzó a indagar en ese sórdido mundo de las prisiones hispanoamericanas y los dramas familiares a miles de kilómetros. Ahora lleva el caso de un chico de Barcelona que estaba en una prisión ecuatoriana desde donde los presos llamaban a sus padres para decirles que o mandaban dinero o se lo cargaban en cualquier esquina. Actualmente se encuentra en la 'moderna' prisión de Guayaquil, donde no hay chanchullos en las comunicaciones y desde donde no pueden llamar ni los matones, ni su hijo. La comunicación se ha cortado.

Mientras Esteva estaba en Ecuador, surgió un rayo de luz para todos los presos condenados por tráfico de drogas. El mes de agosto entró en vigor el nuevo Código Penal ecuatoriano que trae consigo una importante reducción de condenas para el tráfico de drogas. Hasta ese momento si te pillaban con 200 gramos o con 20 kilos de coca caían entre ocho y doce años y ahora si la cantidad es de menos de dos kilos, las penas son de entre uno y tres años y esto se aplica con carácter retroactivo.

Este abogado motrileño asegura que, gracias a esta reforma, un 80% de los presos españoles en cárceles ecuatorianas o que cumplen la condena aquí en España -pero se rigen por la justicia de allí- podrán salir a la calle porque ya han saldado su deuda al aplicar las nuevas penas.

Pero este proceso no es sencillo. «Se necesita contar con un abogado de defensa ecuatoriano, solicitar la revisión al juez y acudir a una vista donde intervendrán el letrado y el fiscal», explica Gerardo Esteva que indica que su defendido barcelonés fue el primer español en acudir a una de estas audiencias que ahora están recurriendo.

El abogado motrileño se ha convertido en 'embajador' de esta reforma penal que apenas ha llegado a oídos de los presos encarcelados allí y de los que cumplen condenas de Ecuador 'en casa'. En una de sus visitas a Guayaquil, Gerardo dio con un paisano motrileño que ya podría salir de la prisión y además echará una mano a un granadino que está atrapado sin tener que cumplir ya más condena. «No hay nadie que se encargue de estos presos y la ilusión sería que las administraciones crearan una fundación para ayudar, con fondos públicos, a los encarcelados que están en el extranjero y a sus familias ante la falta de recursos».

Esteva expone que hacer frente a estos procesos sin apoyo es complicado. En Ecuador hay abogados de oficio a través de los cuales todo va muy lento. Por eso, si quieren salir de la cárcel cuanto antes, deben buscar letrados de pago de allí y la falta de información hace mella.

El letrado motrileño viajará muy pronto a Ecuador, en una misión organizada por la fundación del Consejo General de la Abogacía española, para trazar lazos con el gobierno ecuatoriano y que exista una coordinación a la hora de llevar a cabo las revisiones de las penas de los presos españoles. También irá a la cárcel a verlos. A traspasarles esperanza y libertad a través de los barrotes.