Residencias y colegios mayores de Granada contemplan la expulsión de quienes incumplen los protocolos anticovid
Cincuenta euros por no llevar la mascarilla, apartamentos para aislar a los positivos y zonas comunes clausuradas son algunas de las normas que imperan en la mayoría de estos alojamientos
Andrea G. Parra
Granada
Miércoles, 14 de octubre 2020, 01:43
En los últimos días, los alojamientos universitarios han estado en el punto de mira de la Junta de Andalucía, que ayer, finalmente, decidió imponerles un ' ... toque de queda' a las diez de la noche con el fin de atajar los brotes de coronavirus. Sin embargo, las residencias estudiantiles cuentan con sus propios protocolos anticovid, que incluyen sanciones para quienes se salten las normas. El castigo puede llegar a la expulsión.
En la ciudad hay siete residencias universitarias adscritas a la Universidad de Granada (UGR). Hay más, pero no están bajo el paraguas de la institución académica. De las siete, una es municipal y el resto son gestionadas por órdenes religiosas y otras organizaciones privadas.
Esas siete residencias cuentan en su conjunto con una ocupación media de 1.400 plazas. Algunas han reducido aforo para adaptarse a las exigencias de las normas sanitarias marcadas por la pandemia; por ejemplo, han tenido que transformar las habitaciones dobles en individuales, lo que ha reducido su capacidad. En un curso normal, rondan las 1.800 plazas en total.
Desde la residencia Fernando de los Ríos, que es municipal y ha mantenido la cifra de plazas porque son apartamentos, explican cuáles son sus normas: las visitas externas están prohibidas; las mascarillas son obligatorias fuera de los apartamentos; los espacios comunes no funcionan salvo el gimnasio, con horario y cita previa; un máximo de seis residentes se pueden reunir en la zona de recepción o el patio y cuatro, en los apartamentos a la hora de comer (no hay comedor común); y todo está debidamente señalizado.
Tres faltas, expulsión
Cada residencia tiene sus normas, pero todas se ajustan a las medidas sanitarias. En la residencia Fernando de los Ríos los universitarios son penalizados si las incumplen. Por ejemplo, no llevar la mascarilla en los espacios comunes o juntarse más de seis personas supone una falta y una multa de 50 euros. Si suman tres 'faltas Covid-19' supone la expulsión de la residencia universitaria. El dinero que recauden de estas sanciones se invertirá en la residencia. Ya han impuesto alguna por no llevar mascarilla.
Al entrar en la residencia, los estudiantes firman un documento en el que se comprometen a cumplir el protocolo Covid. En este alojamiento universitario disponen, además, de apartamentos específicos de aislamiento para quienes den positivo en una prueba PCR.
En cuanto a los colegios mayores, en Granada son once, uno de ellos público y perteneciente a la UGR –el Isabel la Católica– y el resto gestionados de forma privada. Entre todos reúnen unas 1.200 plazas. Todos ellos se han adaptado al contenido de una 'guía Covid' común a toda España y coordinada desde el Consejo Nacional de Colegios Mayores.
En la misma se describen las medidas preventivas, sanitarias y organizativas para este colectivo, que «no difieren significativamente de lo que se aplica en otros colectivos similares: turnos de comedores, instalación de mamparas, uso de mascarillas en todos los espacios comunes, utilización de dispensadores de gel hidroalcohólico, adaptación de aforos, infografías y divulgación a través de diversos medios, etcétera», señala este documento.
«Por supuesto –indica la 'guía Covid' de los colegios mayores–, entre ellas está la recomendación de que durante su tiempo fuera del centro (facultad, ocio, entorno familiar) sean responsables por su salud propia y colectiva y así lo firman en una declaración responsable que todos ellos, juntos a sus padres, han firmado, antes de comenzar el curso».
«No hay contagios en las aulas: nos están criminalizando»
La decisión del Gobierno andaluz de suspender las clases presenciales en la UGRha sentado como un jarro de agua fría. El coordinador de la Delegación General de Estudiantes de la Universidad granadina, Javier Torres, lamentó que «se criminalice a los universitarios». «La Junta de Andalucía ha cerrado la UGR, pero mantiene abiertos los pubs y discotecas. Se nota que la decisión la ha tomado gente que no está asistiendo a la universidad, porque ir a un bar o restaurante a comer ya es mucho más peligroso que ir a clases presenciales, donde normalmente se mantiene distancia y se lleva mascarilla. Los contagios no se están produciendo en la Universidad, sino fuera de ella», valoró el representante estudiantil. Además, «esta decisión se toma sin el consenso de la comunidad universitaria», denunció. «Ahora los estudiantes nos encontramos desamparados», asegura. No saben cómo se va a desarrollar la docencia online y qué obligaciones y derechos tendrán los profesores y los alumnos.
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