El control de fronteras cambia las rutas de migración y deja casi a cero las llegadas por Motril
El centro de acogida motrileño ha abierto con casi seis años de retraso, sólo ha atendido a 20 personas y ahora mismo está vacío, después de que solo haya llegado una patera en 2025
En el año 2018 llegaron a Motril más de 9.300 migrantes que trataban de acceder a la costa en patera. Fue una cifra récord. ... Duplicó la de 2017. Un año después, en 2019, el número de personas fue elevado, casi 4.000, pero muy inferior. Y desde entonces no ha dejado de descender. El año pasado se rescató a 703 migrantes cerca de nuestra costa. En lo que va de 2025 solo ha llegado una patera. Curiosamente, el Centro de Atención Temporal de Inmigrantes (CATE), que debería haberse puesto en funcionamiento en el verano de 2019, coincidiendo con aquella llegada masiva, ha abierto ahora, con casi seis años de retraso. De momento, sólo se ha dado atención a 20 personas en unas instalaciones con capacidad para 168. Ahora mismo, según indican desde Subdelegación del Gobierno, no está ocupado.
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¿Qué ha provocado este cambio? En el último informe de CEAR (Comisión Española de Atención al Refugiado), en el que se analizan las cifras de llegada de 2024, apuntan que la tendencia a la baja ha continuado no sólo en Motril, sino también en Almería y Málaga, lo que se conoce como la ruta de Alborán. Paralelamente se han incrementado de forma importante las llegadas a otras zonas, Canarias, una ruta que ya experimentó un importante repunte a principios de los 2000, y considerada como muy peligrosa por lo larga que es la travesía, y Baleares, donde el año pasado se experimentó un incremento sin precedentes, un 300% más que el ejercicio anterior. Es decir, los flujos migratorios han cambiado. Vienen cambiando desde hace unos años. Y seguramente volverán a hacerlo.
Acuerdos con países de origen para aumentar el control
Desde CEAR indican que una de las cuestiones que hacen que estas rutas oscilen son factores relacionados con el control migratorio de los países que desde los que parten las embarcaciones. Cuando la vigilancia aumenta se activan otras rutas alternativas de salida y por tanto de llegada.
En una línea similar se pronuncia Accem. Desde la ONG señalan que el hecho de que España firmase un acuerdo con Marruecos para cooperar en el control de los flujos migratorios después del incremento de llegadas en 2018, unido después a la llegada de la pandemia y a los conflictos en la zona del Sahel, explica que el punto de salida de las embarcaciones cambiase y se incrementase la opción la ruta Canaria, con puntos de partida como Mauritania o Senegal, en lugar de Marruecos.
Esto, no obstante, comienza a variar también ahora. España y Mauritania están cooperando para el control de fronteras y por eso el incremento se está dando en la ruta de Baleares, una vía menos habitual hasta hace una década. Incluso cambia el tipo de embarcación que usa, con lanchas más rápidas.
Tanto CEAR como Accem coinciden en dos cosas, que la vía marítima no es la principal puerta de entrada, la mayoría de migrantes en situación irregular llegan por los aeropuertos de Madrid y Barcelona; y que es necesario que se abran rutas seguras para evitar que estas personas tengan que arriesgar su vida en largas travesías en el mar que provocan la muerte de cientos de ellas cada año.
Hay que tener en cuenta, además, que muchos de estos migrantes recorren kilómetros por vía terrestre desde sus lugares de origen hasta los puntos de los que parten las embarcaciones en las que intentan alcanzar Europa.
La ONG Caminando Fronteras precisa en su análisis sobre la ruta de Alborán que esta fue la más activa entre 2015 y 2019. Pero apuntan que «la militarización» de la misma hizo que los flujos cambiaran.
Sobre este asunto, Granada Acoge señala que habitualmente estos cambios se derivan de las políticas migratorias y los acuerdos entre países que generan que se abran unas rutas y se cierren otras de forma cíclica. La de Canarias, señalan, considerada muy peligrosa, dejó de usarse durante unos años y ahora ha vuelto.
Recursos e intervención
¿Afecta esta caída de las llegadas a los recursos de atención? Desde Cruz Roja, entidad encargada de la primera recepción de los migrantes en puerto, explican que sus recursos son de activación, es decir, que si son necesarios están preparados para hacer frente a las llegadas. «El equipo de respuesta inmediata siempre está listo porque sabemos que puede haber cambios», precisan, aunque sin entrar a analizar qué puede haber detrás de que los migrantes ahora lleguen por otras vías.
La entidad, que no ofrece ya datos de llegada y remite al Ministerio del Interior, precisa que sus recursos se mueven en función de las necesidades. Primero se activan los provinciales, pero si es necesario se cuenta con recursos de otros puntos del territorio. Gran parte de las personas que atienden a estos migrantes son voluntarios.
Sobre las cifras exactas, Interior tampoco precisa el número de rescates provincializados y remite a sus propios balances quincenales en los que se suman todas las llegadas a la península, así que el único dato es el que se deduce de que el CATE esté vacío y sólo haya atendido a veinte personas desde que se puso en marcha hace un mes, unido a las indicaciones que se hacen desde CEAR de que las llegadas a la costa oriental andaluza siguen con tendencia a la baja, aunque no se precise el número concreto También puede ayudar a hacer una radiografía de la situación el último estudio publicado por Caminando Fronteras sobre fallecidos en travesía, de las 1.865 personas que perdieron la vida tratando de llegar en patera en 2025 sólo tres perecieron en la ruta de Alborán, frente a los 1.482 que perdieron la vida en la Canaria.
Eso sí, aunque ya no lleguen pateras, las entidades sí siguen atendiendo a migrantes en Granada. Lo hacen a través de los programas de respuesta humanitaria y gestión de los sistemas de protección de asilo. En 2024, según las cifras del último informe de CEAR se gestionaron en la provincia ciudad 1.554 peticiones de asilo.
Granada Acoge es una de las entidades que gestiona pisos de acogida para solicitantes de protección internacional. Tiene 43 plazas. Accem lleva desde enero con un recurso de respuesta humanitaria, previo a que los migrantes entren en el programa de protección, por el que ya han pasado más de 300 personas que habían llegado a nuestro país a través de la ruta Canarias.
Todas las entidades consultadas coinciden en que las rutas son cambiantes. Y en que el hecho de que en los últimos años se haya reducido drásticamente la llegada de migrantes no significa que la situación no pueda volver a dar un vuelco.
Años de obras y errores, una inversión de casi 500.000 euros y unas instalaciones nunca vistas
Hace diez días el Gobierno anunciaba que el Centro de Atención Temporal de Inmigrantes (CATE) de Motril había abierto. Esto ocurría casi seis años después de lo previsto, en una obra que ha estado llena de idas y venidas. Las obras tendrían que haberse finalizado el verano que empezaron, en 2019, cuando llegaban a Motril cientos de migrantes rescatados de pateras. No fue así.
Casi cuatro años después, en 2023, parecía que los trabajos habían finalizado, pero tampoco fue así. En aquel momento el Gobierno dijo que sólo faltaba por instalar los servicios informáticos, sin embargo, en mayo de 2023, el Ministerio del Interior paralizó el uso de las instalaciones tras detectar varias deficiencias de seguridad que tenían que subsanar. Habría que acometer otra reforma para la que no se concretó ni presupuesto ni plazos.
Ahora, más de un año después, el CATEha abierto y está vacío.
La primera fase de construcción del CATEquedó comprometida a los presupuestos a los que se dio luz verde en diciembre de 2020. En primavera del 2021 se aprobó la segunda fase, una vez que los módulos ya estaban colocados, en la que se iba a conectar la red de saneamiento y abastecimiento, así como dotar de electricidad las instalaciones.
Llegó entonces un nuevo revés. Un cambio en el proyecto a raíz de unas obras hechas en la zona por parte del puerto. El tercer obstáculo tuvo lugar en mayo de 2022, cuando mientras Grande Marlaska dijo que había firmado un convenio con la Autoridad Portuaria motrileña para la ocupación inmediata del centro, pero el convenio no existía. En septiembre de 2023 se daban por concluidas las obras, pero tampoco fue así. Y después de tantas idas y venidas ahora, por fin, con menos plazas de las prometidas en el inicio (200) y ninguna ocupada el centro ya a está a pleno rendimiento, aunque vacío. Hasta el momento ha sido imposible conseguir permiso para visitar las instalaciones.
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