La Peza recrea la historia de 'el alcalde carbonero' en la Guerra de la Independencia

Su idea nació para conmemorar los doscientos años de un acontecimiento ocurrido en 1810, en la Guerra de la Independencia. La vida de La Peza estaba a punto de alterarse: llegaban los invasores, los franceses, buscando víveres para la tropa. Y, entonces, el «alcalde carbonero», Manuel Atienza, arengó a sus vecinos para defenderse. Aquella recreación del bicentenario se ha mantenido como cita anual que reúne a un pueblo que luce vestuario y decoración con ambiente de la época.

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Tuve la suerte de charlar con Alfredo Fernández, que se mete en la piel del protagonista, de aquel alcalde que, tras recibir la bendición en la iglesia llevó a los suyos –«estamos contigo, Manuel»– con armas improvisadas para hacer frente a los gabachos. La historia no terminó bien, pero «de una derrota se supo hacer una victoria», me decía Alfredo, que es gerente de Nugasur, y que se pasa, al menos dos meses, preparando su papel que, no por repetido, deja de emocionarle.

Todo eso se representa en La Peza, donde por un día el calendario cambia de siglo. Una representación, a lo grande, en la que tiene mucho que ver Águeda Toral, genial, como siempre, en su labor de coordinación técnica de un reparto tan amplio y diverso: desde las víctimas que, como Sofía y Fátima, ya habían pasado por el «taller de heridas», a trabuqueras como Isa Fernández. Se ven trajes confeccionados de forma casera, caso del que lucía Mari Carmen Vilchez, que le ha hecho su madre, Carmela 'la Pura', con unos espléndidos 86 años y que no dejó de bailar el pasodoble con el que animaba la charanga 'Llena que nos vamos'.

Se instalan puestos artesanales como el de 'Quesos La Peza', un iniciativa empresarial de una joven pareja que apostó por el pueblo para crear su marca. Se llaman Yanira Vallegas y Manuel Atienza, curiosamente el mismo nombre que el histórico alcalde al que se rinde homenaje y del que pueden ver algunas grabaciones; una de ellas se ha estrenado este año y en ella ha colaborado una compañera de profesión, María Olmo, que ha vivido la fiesta por primera vez, acompañada de su madre, Consuelo Rodríguez, que es de la localidad.

En unas calles adornadas de lavanda, y con toldos de ganchillo realizados por la Asociación Santo Marcos Criado, pude saludar a Francisco Cuéllar, jefe de Seguridad de la Alhambra, a Miguel Naranjo, gerente de Securitas, y a uno de sus coordinadores, Manuel Fernández, marido de Celia y padre de Valeria y Marina; y pude disfrutar de la exposición callejera de fotos de mi compi Jorge Pastor y de ver cómo Mati Vallejo disfrutaba del ambiente. Hay que verlo.