Los contagios entre los jóvenes crecen desde el fin de la mascarilla en la calle y son ya el 60%
Los expertos en salud pública recomiendan repensar medidas como el cierre del ocio nocturno o la prohibición efectiva de los botellones
Juanjo Cerero
Granada
Domingo, 18 de julio 2021, 00:16
Conforme avanzan el verano, la campaña de vacunación y también las cifras de nuevos contagios, el ojo público vuelve a mirar a la población más ... joven. Mientras les llega el turno para inmunizarse, protagonizan en las últimas semanas graves brotes como los de Conil o Mallorca, entre otros, y pese a ser uno de los grupos de edad menos expuestos a los riesgos más graves asociados al virus, estos días continúa aumentando la presión en los centros hospitalarios.
Hay algunas cifras que dan una idea de hasta qué punto el foco está puesto ahora sobre este segmento de población. Desde que llevar la mascarilla en exteriores dejó de ser obligatorio siempre que se pudiese mantener la distancia de seguridad el pasado 26 de junio, prácticamente seis de cada diez nuevos positivos reportados por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía se ha dado entre menores de 30 años. En concreto, el porcentaje hasta el 12 de julio era del 59%, por lo que este rango de edad se ha convertido de lejos en el más afectado por la covid. Muy inferior es la incidencia registrada entre quienes tienen entre 30 y 65 años (37,3% del total, algo más de la mitad que entre los jóvenes), y sigue siendo cada vez más testimonial el conjunto de casos entre los mayores de esa edad, con apenas el 3,8% del conjunto.
«Las comunidades que no tomen medidas ya tendrán un agosto complicado»
José Martínez Olmos
Además, esta fecha de la retirada de mascarillas en exteriores ha supuesto un hecho diferencial en el repunte de casos en este grupo de granadinos. Si, por ejemplo, se analizan los datos agregados del resto del mes de junio, el peso que suponen los menores de 30 sobre el total de nuevos contagios ha aumentado en más de diez puntos. En aquel período el porcentaje se quedaba en el 48%, mientras que era mayor la incidencia entre los menores de 60, que se situaba como el rango de población más afectado. Una tendencia que los expertos en salud pública consultados por este periódico achacan a dos factores: el avance de la campaña de vacunación en esos rangos de edad, aunque no se hayan completado todas las pautas, y la sensación social tras el anuncio de la no obligatoriedad del tapabocas al aire libre de que la luz al final del túnel ya se veía con claridad.
Más de 30.000 jóvenes
Echar un vistazo incluso más atrás también da una idea de cuánto ha cambiado la situación. Si se toma el mismo período, es decir, entre el 26 de junio y el 12 de julio, pero de 2020, el retrato generacional es muy distinto. La proporción de menores de 30 sobre el total de positivos es menos de la mitad que hoy. Un cambio sustancial que hace que buena parte de los contagios entre jóvenes se hayan producido desde el final del estado de alarma el pasado 9 de mayo.
«España corre el riesgo de convertirse en una fábrica de variantes si el verano sigue así»
Joan Carles March
Siempre según las cifras oficiales que ofrece la Consejería de Salud, desde que se conociera el primer caso de coronavirus en Granada el 12 de marzo del año pasado se han notificado 33.883 de ellos entre jóvenes, de los que casi dos tercios, 22.042 en concreto, se han dado entre personas de 15 a 29 años. De este último conjunto, 3.946 se han notificado desde el final del estado de alarma. Es decir, que prácticamente uno de cada cinco contagios por covid en este rango de edad se han producido en dos meses pese a que la pandemia dura ya más de dieciséis.
Tras este aumento significativo, la cifra global hasta el 12 de julio indica que alrededor de uno de cada seis granadinos de menos de 30 años (el 16,5%) ya se ha contagiado del virus, según los datos de población más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). Porcentaje que habría que añadir a la población inmunizada por la vacuna y que en Granada supone 472.250 personas con la pauta completa.
«Esto no se ha acabado»
«Estamos otra vez en un momento complicado», resume Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), quien considera que los buenos datos de evolución epidemiológica que ofreció el conjunto de España tras el decaimiento del último estado de alarma animó por una parte a la población y por otra a las administraciones. Sostiene March que ahí se tomaron algunas decisiones que han podido ser contraproducentes, como la apertura del ocio nocturno y las discotecas. Si a ello le sumas, explica, el anuncio de que ya no hará falta llevar mascarilla en el exterior si se cumplen las condiciones adecuadas «se acaba dando la sensación de que esto ya se ha terminado». Una visión que matiza José Martínez Olmos, también maestro de salud pública en la EASP y ex secretario general de Sanidad. En su opinión, hay que remontarse hasta la decisión de aligerar o eliminar las restricciones en las reuniones para entender lo que está ocurriendo ahora, y pone ejemplos como los de las fiestas de final de curso, bodas, comuniones y otras celebraciones, que ya se han podido asociar directamente a algunos de los brotes más recientes. «La causa es la mayor interacción social», resume, «con menores limitaciones de horarios y de aforos». En lo que sí coinciden ambos es en que la impresión de que el país está ante el inicio del fin de la pandemia ha podido jugar un papel importante. «¿Qué impresión recibe la gente cuando ve estadios llenos en los partidos de la Eurocopa?», se pregunta Martínez Olmos.
En el caso de los jóvenes, además, estas fechas han coincidido con el final de un curso difícil. «Y eso que hasta el momento se habían comportado en general muy bien», recalca Joan Carles March, quien señala algunos de los brotes más importantes de las últimas semanas, como los de Mallorca, Cantabria, Salou, Menorca, Algarve o el de Conil, que afectó directamente a granadinos. La acumulación en un lapso breve de tiempo ha llevado a un aumento de los positivos desbocado que no se había vivido hasta el momento. «El incremento de casos es brutal», resume, y los datos van en esta dirección. Mientras que hasta el miércoles la incidencia acumulada en el conjunto de la provincia se quedaba en 321,6 casos por 100.000 habitantes, la tasa era prácticamente del triple en el caso de los más jóvenes y se situaba en el entorno de los 900 puntos.
La tormenta perfecta
Asimismo, hay factores psicológicos, como el poco miedo al virus que hay entre buena parte de la población de menor edad, que hace que en muchos casos la enfermedad se expanda con más facilidad que en otros ámbitos. Y es algo que se deja ya notar en las cifras de presión hospitalaria. «Si ya estaba la situación mal por el hecho de ser verano y las bajas y vacaciones que se acumulan», explica Joan Carles March, «con estas cifras la atención primaria no va a dar de sí». Además, pone el foco en «un riesgo del cual casi no se ha hablado: el aumento de casos de covid persistente en gente joven», algo que considera que va a ser un problema a medio plazo para el sistema de salud nacional. Lo resume el profesor en una frase lapidaria: «Se ha creado la tormenta perfecta».
Ante esto, los expertos consultados consideran que hay que repensar bien la necesidad de volver a tomar medidas restrictivas antes de que la situación siga empeorando y aumente el riesgo de que «España se convierta en una fábrica de variantes», como afirma March.
Para José Martínez Olmos, son dos los frentes en los que las autoridades debería plantearse la necesidad de actuar: la vuelta del toque de queda, aunque fuese de manera quirúrgica en los territorios con mayor incidencia acumulada o presión asistencial, y la limitación del ocio nocturno y la prohibición efectiva de los botellones, algo en lo que considera que ha habido «una dejación de responsabilidad de las administraciones locales».
En un sentido muy similar se expresa Joan Carles March: «El tema del ocio nocturno, hay que replantearlo, sobre todo el que se produce en interiores. Desde mi punto de vista, yo lo cerraría», resume mientras recalca que también hay que actuar de manera más decidida contra los botellones, que son la situación perfecta para provocar una expansión rápida del virus, para lo que demanda que «las autoridades sean más contundentes», porque es ahora importante «dar la sensación a la sociedad de que el 'no pasa nada' no es cierto». «La comunidad autónoma que no tome medidas hoy donde hay subidas descontroladas va a pasar un mes de agosto mucho peor», asegura Martínez Olmos, quien propone restricciones «durante dos o tres semanas» mientras aumenta la cobertura vacunal. «Las medidas pueden ser una inversión, porque si no se hace nada es posible que acaben sufriendo más tanto la economía como la salud», remata.
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