El consejo asesor de la Unesco pide un ente único para gestionar la Alhambra y el Albaicín
Miembros de Icomos visitan Granada alertados de los problemas de conservación de un barrio que recorrieron ayer en un paseo técnico
Representantes del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) visitaron ayer la ciudad de Granada para tomar un primer contacto con el nuevo equipo de ... gobierno municipal, pues persiguen que la administración active de inmediato un plan integral con medidas dirigidas a mejorar la gestión del barrio del Albaicín.
Este lugar histórico es patrimonio de la humanidad por la Unesco tras su declaración en 1994 como ampliación del conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife. Desde Icomos no entienden el nivel de deterioro que tiene esta zona ni tampoco que los tres pilares que sustentan este reconocimiento internacional no cuenten con un solo aparato legal que vele por la conservación de su patrimonio. La presidenta de este consejo consultivo de la Unesco, Alicia Castillo, lleva un par de días en la capital. Ha venido en una visita en la que ha podido reunirse, entre otros, con el alcalde de la ciudad, Luis Salvador. En el encuentro, celebrado el pasado jueves, le solicitó precisamente que articule con la Junta de Andalucía y el Gobierno central una respuesta conjunta a las necesidades de conservación que tienen hoy el Albaicín, la Alhambra y el Generalife.
Actualmente son dos órganos independientes los que en teoría gestionan este conjunto patrimonio de la humanidad. Por un lado, se encuentra el Patronato de la Alhambra y el Generalife, dependiente de la Junta de Andalucía y que cuenta con un importante presupuesto para llevar a cabo su encomienda. Y por otro, existe la Agencia Albaicín, que es la empresa pública de carácter municipal que debe de encargarse de salvaguardar la esencia del barrio homónimo.
El problema es que existe una desigualdad evidente entre ambos organismos. Si bien la Alhambra y el Generalife tienen un Patronato que garantiza el cuidado y la administración de ambos bienes, el barrio albaicinero depende de una entidad cuya existencia se ha llegado incluso a poner en duda por su falta de recursos. Alicia Castillo hizo ver que el conjunto reconocido por la Unesco en Granada no puede ser una excepción en el mundo. La Administración debe saber que el conjunto tiene que ser tratado como lo que es: una unidad indivisible, por lo que su gestión está obligada a unificarse.
Cómo puede llevarse a término es algo que se tendrá que perfilar, en caso de que haya voluntad por parte del Ayuntamiento, en una siguiente reunión cuya celebración se estima que se produzca en el mes de febrero. «La primera visita ha sido estrictamente política, de contacto con el nuevo equipo de gobierno. Le hemos planteado la necesidad que hay de establecer una hoja de ruta clara para poner en marcha un plan de actuación integral», explicó Castillo. Para la presidenta de Icomos este órgano o modalidad de gestión no tiene por qué ser necesariamente incompatible con el Patronato o la Agencia. «Puede ser un convenio», señaló esta defensora del patrimonio, quien quiso ser prudente a la hora de exponer los problemas más acuciantes que tiene esta zona de Granada.
Lo haría ya en una futura fase y con ánimo constructivo. Si hubiera voluntad de poner en marcha este aparato legal de gestión para Albaicín y Alhambra, lo siguiente sería sentar las bases jurídico administrativas del organismo para darle independencia y poder de decisión para, por último, encarar la problemática del barrio desde un espectro técnico.
En el día de ayer se pudo presenciar 'in situ' algunos de los asuntos que más preocupan del Albaicín. Se llevó a cabo un recorrido técnico por varios enclaves singulares de un barrio que sufre el exceso del turismo, las carencias de movilidad, la despoblación de sus habitantes históricos o el abandono de una institución que permite que haya pintadas en murallas milenarias, asentamientos ilegales en la falda de la ladera del cerro de San Miguel o que la uniformidad de la imagen de negocios en el corazón del barrio brille por su ausencia.
De todo ello dio cuenta el presidente de la Unesco en Andalucía, Ángel Bañuelos. Él acompañó a los miembros de Icomos en una visita a la que también se invitó a la asociación de vecinos del Albaicín. Su presidente, Antonio Jiménez, puso el foco en el valor del paisanaje del barrio. «El patrimonio está muy bien, pero la habitabilidad del Albaicín es fundamental para su supervivencia», dijo.
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